Alvaro Aragón Ayala
Los diputados del Partido Movimiento de Regeneración Nacional no desplegaron ninguna acción contra la corrupción del gobierno de Quirino Ordaz Coppel, la cual fue denunciada por la sociedad civil, por legisladores de la LXIII Legislatura, por Iniciativa Sinaloa y por los periodistas. El “Caso Estrada Ferreiro” sacó de la agenda del Congreso Local y del escenario mediático los latrocinios cometidos por el ex gobernador, quien, refractario a la transparencia, se negó a rendirle cuentas al pueblo y al Poder Legislativo
El gobernador Rubén Rocha Moya no se quiere parecer a Quirino Ordaz Coppel, a quien el Grupo Atlacomulco y el CEN del PRI le fabricaron la candidatura al gobierno de Sinaloa. Quirino transó apoyo electoral a su favor en el 2016 a cambio de otorgar impunidad al Grupo Malova. Esa estampa no quiere Rubén Rocha Moya, pero ni el Congreso Local, ni la Auditoría Superior del Estado ni la Secretaría de la Transparencia y Rendición de Cuentas le ayudan a “ajustar” al exmandatario corrupto.
Metidos de lleno en quitarle la alcaldía a uno de los suyos, Jesús Estrada Ferreiro, los legisladores morenistas sepultaron el discurso de combate a la corrupción de los gobiernos del PRI, arengas que pusieron de moda en la Legislatura LXIII la entonces diputada Graciela Domínguez Nava y el legislador Marco Antonio Zazueta Zazueta y otros tribunos que acusaban con datos duros de alta corrupción al gobierno de Quirino Ordaz Coppel.
El mes de agosto del 2021, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se manifestó contra la corrupción en los estados convocando a los gobernadores entrantes a que no se convirtieran en “tapaderas” de los gobiernos salientes del mal uso dado a las participaciones otorgadas a sus estados. Morena había alcanzado triunfos electorales en varios estados del país desnudando en las campañas la corrupción de los gobiernos del PRI y del PAN.
“Hay problemas en algunos estados donde hay cambios, los (gobernadores) que van a entrar nos están planteando ‘ya no les entreguen todo, porque no nos va a quedar nada’. Porque hay casos donde se entregó por adelantado para ayudar a las participaciones y los que van a entrar van a recibir muy poco. (…) Y qué bueno que estamos tratando el tema, para que los que están llegando no vayan a convertirse en tapaderas, porque les va a afectar”, precisó el presidente de la República.
Y preguntó: “¿Por qué no administras bien?, ¿por qué no aplicas un plan de austeridad?, ¿por qué sigue el derroche?, ¿por qué solapaste el que se endeudó el Estado y no dijiste nada?, ¿por qué te ayudaron en la campaña porque estableciste relación de complicidad? Entonces, eso es lo que sucede y es lo que se está combatiendo”.
López Obrador recomendó a los gobernadores que tomarían posesión a que practicaran “sin afán de venganza” auditorías a las administraciones salientes para informar a la ciudadanía el estado que guardaban los gobiernos.
“Se deben hacer (las auditorías) sin afán de venganzas, sólo para informar a ciudadanía cómo entregan, cómo está la situación de la deuda, no sólo de la contratada con bancos, sino de la de proveedores, los sueldos, de todo un informe completo”, dijo, y explicó que en caso de que las auditorías arrojen irregularidades, los gobiernos entrantes deben presentar denuncias ante la Fiscalía para que las autoridades correspondientes se encarguen de esto.
En Sinaloa, la sociedad civil, los propios diputados de Morena -entre ellos Graciela Domínguez, actual titular de la SEPyC-, Iniciativa Sinaloa y periodistas que denunciaban la corrupción de Quirino tenían la certeza de que los diputados de Morena, constituidos en la Legislatura LXIV, ratificarían los principios de la 4T de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”, y rechazarían pactos de impunidad con la clase política del PRI y del PAN.
Pero todo quedó en el discurso, en el aire. Quirino Ordaz Coppel al que una y mil veces Graciela Domínguez y Marco Antonio Zazueta y otros diputados de Morena exhibieron sus latrocinios, el desvió de recurso y el gasto desmedido en publicidad, no solo goza de cabal salud política, sino que despacha, intocable, como embajador de México en España, logrando, además, que un grupo de diputados del PRI actúe en maridaje con los diputados de Morena en jugadas políticas truculentas,
Incluso, la titular de la Auditoría Superior del Estado, Emma Guadalupe Félix Rivera, acusada en varias ocasiones por los legisladores morenistas de desacato y de ser una pieza importante de Quirino Ordaz para “tapar” escandalosos casos de corrupción estatal, emergió, ahora sí, con su espalda flamígera, acusando de corrupción al alcalde en desgracia política Jesús Estrada Ferreiro, ofreciendo un espectáculo grotesco, dispuesta a servir de comparsa con tal de que nadie toque a su padrino, el exgobernador de Sinaloa.