Buenos Aires. Cientos abuchearon y gritaron “traidor a la patria” al presidente, Javier Milei, el día después de que logró, con chantajes y compra de votos, que la Cámara de Diputados avalar su veto a la ley de financiamiento de las universidades, con el que intenta con esto comenzar su plan de acabar con la educación pública.
Milei visitó ayer un restaurante donde se refugió uno de sus seguidores libertarios que provocó a los manifestantes, estudiantes, jubilados y otros, que marcharon pacíficamente para tratar que no se convalidara el veto del mandatario a esta ley. Los gritos sorprendieron a Milei y su custodia no pudo hacer nada, lo que evidencia la caída cada día más importante de quien llegó al gobierno siendo de un movimiento que tenía sólo 29 por ciento de adherentes, aunque no militantes, muchos de los cuales ya lo abandonaron.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, agudizó el conflicto y en redes sociales advirtió: “a los violentos antidemocráticos que golpearon, persiguieron y robaron (lo que es falso) al periodista independiente (uno de los trolls de Milei) Fran Fijap les digo: sepan que vamos a ir con toda la fuerza de la ley detrás de cada uno. Los tenemos a todos identificados y no tienen escapatoria. Ley y orden”.
A diez meses del gobierno de Milei, su ultraderechista La Libertad Avanza aún no es ni siquiera un partido político, es minoría en el Congreso y sólo logra obtener resultados por sus socios de Propuesta Republicana (PRO), que lidera el ex presidente Mauricio Macri (2015-2019), un sector de la Unión Cívica Radical (UCR), que se ha fracturado por esta causa, y los auténticos militantes piden la expulsión de los “pro Milei” considerados como traidores a los principios de ese partido centenario.
El veto se convirtió en el comienzo de una resistencia que se manifiesta en las facultades y universidades tomadas en todo el país, en el paro nacional docente efectuado este jueves, y la convocatoria de otro el miércoles próximo.
Milei ha destruido más de todo lo que hicieron el ex presidente -hasta ese momento peronista- Carlos Menem (1989-1999), y el radical Fernando de la Rúa (1999- 2001), años en que el pueblo argentino estalló y luego Macri que dejó el país quebrado con cese de pago de la deuda y debiendo otros cien millones de dólares más los 45 mil millones de dólares que ilegalmente le adjudicó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por esta razón muchos llaman a Milei “el “exterminador”, quien ha debilitado al Estado, entregando soberanía en un proceso muy difícil de revertir. La frase de una periodista de Página 12 lo define: “Milei ganó el palacio, pero perdió la calle”.
Los salarios han quedado reducidos, la inflación sube, las tarifas son impagables para la población, los negocios, restaurantes y otros están cerrando, las Pequeñas y Medianas Empresas se desmoronan, mientras la industria se derrumba y ahora más aún por los decretos de importación de una cantidad de productos, que valga la redundancia, produce Argentina.
Es el efecto “motosierra” prometido para supuestamente para terminar con la “casta” política y termina con la población.“Lejos de cerrar el tema como la victoria que anunció en las redes, el gobierno y la oposición muy amigable compraron con este movimiento un conflicto que amenaza con crecer exponencialmente ni bien se conoció la votación de Diputados”, señala Página/12.
Stella Calloni, corresponsal
Fuente: La Jornada