Los residuos de la industria minera terminan en al menos 17 Áreas Naturales Protegidas (ANPs), entre ellas la reserva de la biosfera Mariposa Monarca, donde existen 3 presas de jales, una de ellas en la zona núcleo, un área que por ley debería estar blindada de actividades industriales, advirtieron organizaciones ambientalistas.
Detallaron que de las 585 presas de jales de la industria minera identificadas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), hay 65, el 11 por ciento, que están dentro de esas áreas y cinco se encuentran en reservas de la biosfera.
CartoCrítica, el Centro para la Diversidad Biológica, entre otras organizaciones, analizaron el inventario de presas de jales presentado por la Semarnat. En esas presas se depositan residuos peligrosos de la industria mineras que contaminan de manera irreversible los suelos, los cuerpos de agua y el aire.
En un comunicado explicaron que en el área de protección de recursos naturales Cuenca Alimentadora del Distrito Nacional de Riego, estado de Nayarit, se identificaron 17 presas de jales. En la Reserva de la biosfera del Vizcaíno en Baja California Sur, estratégica para la conservación de los recursos hídricos en la región, se identificaron 5 presas de jales. Además, se suma la presencia de jales en sitios que albergan un gran valor histórico y cultural como Wirikuta, área protegida estatal ubicada en San Luis Potosí.
Por su parte, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) informó que el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2022 aprobado el pasado 14 de noviembre por la Cámara de Diputados, asigna recursos insuficientes para la conservación de las 182 ANPs que hay en el país.
Indicó que con ello la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), entidad encargada de la conservación de dichas áreas, dejará sin atender importantes rubros, que son indispensables para la operación diaria de la institución, así como para realizar tareas dentro de las ANP.
Agregó que “esta escasa asignación de recursos, impide una adecuada atención a los diversos problemas ambientales que existen en las ANP, como la deforestación, la degradación de los bosques y de las áreas costero-marinas, la contaminación, el aprovechamiento irracional de los recursos naturales, la expansión descontrolada de la mancha urbana y de las actividades económicas, la construcción de infraestructura turístico inmobiliaria en zonas costeras de alto impacto para el ambiente y actividades extractivas como la minería, por citar algunos ejemplos”.
Para 2022, la Conanp, contará apenas con 9.7 pesos por hectárea para el manejo y cuidado de las ANP, lo cual sin duda, repercutirá en una menor capacidad para la operación y protección de sitios de alto valor ecológico, económico y cultural, que sustentan la vida de miles de comunidades en México.
Fuente: La jornada