Richard Lizárraga Peiro
Juan de Dios Gámez habría recibido un “jaloncito de orejas” por no consultar. El alcalde anunció que realizaba un estudio o “análisis” para regresar a Culiacán la instalación de retenes vehiculares más “amigables”.
La reprimenda habría venido del propio gobernador Rubén Rocha Moya que se declaró enemigo de los retenes porque no logran el propósito que se esgrime para su instalación: evitar accidentes de tránsito.
“No, no se van a instalar; soy enemigo de los retenes “, dijo tajante el gobernador al preguntarle su posición en torno a la declaración del alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez, quien dijo que se estaba analizando el regreso de los «alcoholímetros» en la ciudad.
Los retenes fueron eliminados por el anterior alcalde Jesús Estrada Ferreiro porque detectó que solo servían como pretexto para “bolsear” a automovilistas, más si eran detectados conduciendo en estado de ebriedad.
El gobernador condenó estos dispositivos preventivos, acusando que son “recaudatorios”, aunque aclaró que no tenía conocimiento de las declaraciones presidente municipal.
“No, no se van a instalar retenes, soy enemigo de los retenes y yo. Yo no soy muy amigo de los retenes de la policías municipales y estatales, yo soy de la idea de que no pongan, porque son retenes recaudatorios” aseveró.
Juan de Dios Gámez dijo que podría traer de nuevo los retenes, pero de una manera más “amigable”, sin embargo, el gobernador fue muy explícito en su desaprobación, haciendo gestos y negándolo con la cabeza, cerrando el tema con la tajante frase de “no estoy muy de acuerdo con eso”.