Alvaro Aragón Ayala
Con la certeza del valor de la percepción en materia de seguridad, el gobernador Rubén Rocha Moya entró en un “terreno sensible” al criticar o rechazar la difusión de datos o estadísticas adulterados sobre el número de muertos por la violencia durante sus 6 meses de gestión, refutación que conduce a la práctica de una reflexión sobre la libertad de expresión y el derecho a réplica.
Rocha Moya defendió en La Semanera los resultados de su agenda de seguridad, en medio de la idea de los comunicadores de que el secretario de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo, y la Fiscal General de Justicia, Sara Bruna Quiñones, uno, herencia de Quirino Ordaz, quien fue proclive a “apoyarse” para todo en estadística falsas, y otra, novel en el manejo de comunicación, no le ayudan a mejorar la sensación o visión colectiva en materia de seguridad.
Los promotores del término “gobierno fallido” utilizan como uno de los indicadores para otorgar este estatus el clima de violencia que priva en equis entidad. Sin embargo, hay casos donde no existe una condición de inseguridad alarmante o incontenible, pero sí una percepción de inseguridad debido a la magnificación y difusión de hechos criminales o a las crisis policiales locales que requieren cambios de modelos de vigilancia, prevención y persecución de delitos.
Bajo el entendido de que la percepción en el renglón de seguridad es básica para generan un clima de tranquilidad y gobernabilidad, el gobernador Rubén Rocha dijo que diversos medios de comunicación publicaron notas con errores sobre cifras de delitos que se registraron en la entidad y precisó que en Sinaloa sí existe una estrategia de seguridad y está dando resultados y expuso que los medios de comunicación no deben faltar a su ética.
El mandatario estatal pidió “a sus queridos amigos de los medios”, una investigación seria y no justificar los errores de la información difundida como un error de dedo y aseguró que recibirá la crítica, pero que no está a favor de cuestionamientos que provengan de un mal ejercicio (periodístico), reiterando que no peleará con los medios de comunicación, aunque reconoce que sus expresiones pueden traer algunas consecuencias.
Dijo que tiene derecho a réplica por lo que seguirá aclarando todas las situaciones, pues su objetivo es tener un gobierno transparente, aunque no creará –expresó- la sección “Quién es Quién” como en La Mañanera del presidente de la República, lo que “tranquilizó” a los periodistas dado que el gobierno de la 4T abrió un espacio en las conferencias diarias de Andrés Manuel López Obrador en las que se califica de “mentirosos” a algunos periodistas y medios de comunicación a los que se consideran enemigos del régimen.
El gobernador Rubén Rocha no refutó ninguna opinión periodística, tampoco un análisis o contenido de alguna columna política, sino una nota informativa, que se supone fue alimentada con datos “parciales” obtenidos de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal y de la Fiscalía General de Justicia, en donde tradicionalmente se otorga información “a cuentagotas” o incompleta. El mandatario estatal ordenó corregir esa “deficiencia” con el ánimo de impedir que se geste una falsa percepción de inseguridad.
La aclaración de Rocha Moya llegó puntual y marca la pauta para revalorar el ejercicio de la Libertad de Expresión en Sinaloa, sopesar los códigos de ética en los medios de comunicación orales, escritos, televisivos y digitales y para comprender que a los actores políticos o funcionarios públicos les asiste el derecho de réplica para enmendar la información que consideren perjudicial ya sea para su imagen personal o para el ejercicio de gobierno.
La práctica del periodismo informativo y de crítica o el análisis de una crítica no es para ignorantes, pusilánimes, acomplejados o victimistas: hay que ser consciente de que no hay verdades absolutas y del riesgo que se asume al informar u opinar, el cual implica aceptar la posibilidad de errar y la obligación de rectificar. La generación de información, siempre sujeta a valoración, genera opinión y a veces escenarios inciertos o no reales.
Rocha defendió los resultados de su gobierno en materia de seguridad porque entiende que la percepción de inseguridad que generen los medios de comunicación puede ser interpretado por la sociedad de que no está haciendo nada para abatir el índice de criminalidad y de violencia, lo que provocaría una perturbación angustiosa de la sociedad que por creer que está a expensas de los delincuentes y que cualquier persona puede ser víctima de un delito, independientemente de la probabilidad de serlo.