Endurece las penas por la rendición voluntaria o la negativa de combatir; destituye al militar responsable de logística por derrotas en Ucrania.
KIEV. Moscú endureció las penas por los delitos cometidos en tiempos de movilización militar, castigando la rendición voluntaria o la negativa a combatir con hasta 10 años de prisión, al tiempo que sustituyó a su máximo responsable de logística tras una serie de derrotas en su ofensiva en Ucrania.
Las nuevas enmiendas y el cambio en el Estado Mayor se produce en medio de una importante campaña de movilización militar en Rusia y en un contacto de dificultades logísticas para Moscú en el conflicto, en el que Kiev está recuperando más territorio.
“El general Dmitri Bulgakov fue relevado en sus funciones como viceministro de Defensa” y será sustituido por el coronel general Mikhail Mizintsev, informó el Ministerio de Defensa.
El anuncio llegaba en el segundo día de celebración de referéndums en las regiones del este y el sur de Ucrania, controladas por el Kremlin, sobre su anexión a Rusia.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, advirtió desde Nueva York de que la doctrina nuclear para la defensa de los territorios de la Federación Rusa se aplicará inmediatamente a cualquier territorio que se sume a la federación.
“La totalidad del territorio de la Federación Rusa conforme está recogido en la Constitución de la Federación Rusa, que se puede ampliar, está bajo la protección del Estado. Es absolutamente natural”, afirmó Lavrov durante su participación en la Asamblea General de la ONU.
La movilización anunciada por Putin el miércoles será probablemente uno de sus primeros grandes retos logísticos, ya que los cientos de miles de reservistas convocados deberán ser equipados y entrenados antes de su despliegue.
Muchos hombres en edad militar se apresuran a abandonar el país, como muestran vuelos de salida llenos y la fuerte afluencia de rusos en los países fronterizos con Rusia, como Kazajistán, Mongolia o Georgia, donde dos mil 300 vehículos privados esperaban para ingresar, dijeron las autoridades regionales rusas.
Más de 700 personas fueron detenidas en una nueva jornada de protestas contra la movilización, según el grupo de seguimiento independiente OVD-Info.
El grupo dijo que tenía conocimiento de las detenciones en 32 ciudades diferentes, desde San Petersburgo hasta Siberia, incluyendo la capital Moscú.
La mayoría de los manifestantes presentes deambulaban o permanecían quietos de forma individual o por grupos pequeños para evitar ser detectados y detenidos por la policía.
Pero, a pesar de ello, medios de comunicación registraron al arresto de una veintena de personas.
“¡No somos carne de cañón!”, lanzó una mujer mientras un grupo de policías antidisturbios se la llevaban a la fuerza. Ese es uno de los lemas de los manifestantes que se oponen al envío de reservistas a Ucrania.
Las concentraciones no autorizadas son ilegales según la legislación de la federación rusa, que también prohíbe cualquier actividad que se considere que difama a las fuerzas armadas.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se dirigió directamente a los rusos en su lengua para decirles que su presidente, de forma consciente, “envía a los ciudadanos a la muerte”.
Instó a las fuerzas de Moscú a rendirse, asegurando que los combatientes serían tratados “de forma civilizada” y que “nadie sabrá las circunstancias de la rendición”.
Otra ley, también firmada ayer, facilita la ciudadanía rusa a los extranjeros que se alistan en el ejército ruso y que hayan firmado contrato por un año, según la ley “sobre ciudadanía de la Federación Rusa”.
Los militares extranjeros contratados están exentos de tener que vivir durante cinco años en Rusia después de obtener un permiso de residencia antes de solicitar la ciudadanía, según la agencia TASS.
Durante la Asamblea de la ONU, el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, acusó a Occidente de una “rusofobia sin precedentes”, “grotesca” y “rampante”.
“La rusofobia oficial en Occidente no tiene precedentes, su alcance es grotesco”, dijo Lavrov, quien acusó a EU de tomarse “por un enviado de Dios en la Tierra” aunque sin “ninguna obligación”, pero con el “único sagrado derecho de actuar con impunidad cuando y donde quiera”.
“No se avergüenzan de decir que tratan de infligir una derrota militar a nuestro país pero también destruir y fracturar a Rusia”, agregó en una sesión medio vacía.
Después de que los líderes occidentales aprovecharon la tribuna de la ONU para denunciar la invasión rusa, Lavrov dijo solo quieren que el mundo entero se convierta en su “patio trasero”, como preconizaba la doctrina Monroe en el siglo XIX, que declaró que América Latina.
AFP, EFE y Reuters
Fuente: Excelsior