Moscú. Convencidos de que se enfrentan a un mismo enemigo, Estados Unidos, los líderes de Rusia, Vladimir Putin, y de Corea del Norte, Kim Jong-un, firmaron ayer en Pyongyang el Acuerdo Integral de Asociación Estratégica, en una ceremonia que transmitió en directo la televisión local el segundo y último día de la visita oficial del presidente ruso al país asiático, la primera en casi un cuarto de siglo.
Aunque el Kremlin no ha distribuido el texto completo del documento, Putin precisó que incluye una cláusula que prevé asistencia mutua en caso de agresión contra cualquiera de ellos.
Esto –en opinión de analistas– deja abierta la puerta para dos eventuales situaciones: una, además de conseguir el derecho de proporcionar armas a Rusia, poder incorporar soldados norcoreanos al ejército ruso en la operación en Ucrania y, la otra, en caso de guerra entre las Coreas, Rusia tendría las manos libres para prestarle la ayuda militar que mejor le parezca.
Moscú y Pyongyang no confirman ni desmienten ninguno de estos extremos y enfatizan, en cambio, que su acuerdo estratégico tiene un carácter esencialmente pacífico y defensivo
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Para el anfitrión, las relaciones entre nuestros dos países están encaminadas a un mayor desarrollo prometedor y próspero para alcanzar el progreso de ambos países y aumentar el bienestar de nuestros pueblos a través de la cooperación activa en diversos ámbitos, incluyendo la política, la economía, la cultura y los asuntos militares
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El huésped coincidió en que este documento es verdaderamente revolucionario y refleja el deseo de los dos países de no dormirse en los laureles, sino de elevar nuestras relaciones a un nuevo nivel cualitativo al establecer objetivos y directrices a gran escala para profundizar los lazos ruso-coreanos a largo plazo
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Putin y Kim sellaron con este pacto el fortalecimiento de los nexos de Rusia y Corea del Norte, que empezaron a adquirir especial dinamismo en los dos años y medio recientes a partir del apoyo que están dando los norcoreanos al ponerse del lado ruso en el conflicto de Ucrania, respaldo que el titular del Kremlin agradeció apenas llegó a Pyongyang, capital que visita por segunda ocasión después de su primer viaje en julio de 2000, recién estrenado como presidente de Rusia, cuando se entrevistó con Kim Jong-il, padre del actual líder norcoreano.
Rusia aprecia el apoyo constante e inquebrantable de la República Popular Democrática de Corea a las políticas rusas, incluyendo lo que se refiere a una solución negociada en Ucrania
, subrayó Putin, citado por la agencia noticiosa oficial Tass, y destacó: los amigos coreanos adoptaron una posición objetiva y equilibrada sobre cómo resolver el problema ucranio y comprenden las verdaderas causas iniciales de la crisis, lo cual confirma que la política de las autoridades coreanas es verdaderamente independiente, autónoma y soberana
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Por su parte, en la versión difundida por la agencia central de noticias de Corea (KCNA, por sus siglas en inglés), Kim expresó el pleno apoyo y solidaridad para con el gobierno, el ejército y el pueblo rusos en cuanto a su operación militar especial en Ucrania para proteger su soberanía, sus intereses en materia de seguridad y su integridad territorial
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Enseguida, Putin apuntó: hoy luchamos juntos contra el hegemonismo y las prácticas neocoloniales de Estados Unidos y sus satélites, oponiéndonos a los intentos de imponer modelos de desarrollo y valores que son ajenos para nosotros
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Estas frases dejaron ver la buena sintonía que existe entre Putin y Kim, quienes en septiembre pasado, durante la visita del segundo al extremo oriente ruso, alcanzaron un acuerdo que –según Ucrania, Estados Unidos y Corea del Sur– permite al ejército ruso adquirir misiles balísticos, proyectiles de artillería y municiones del cuantioso arsenal soviético de Corea del Norte.
Moscú y Pyongyang no reconocen de modo oficial esos suministros, que podrían constituir una violación de la prohibición a comerciar con armas impuesta a Corea del Norte por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sanciones que habría que reconsiderar
, dijo Putin durante sus conversaciones en la capital norcoreana.
Al término de la reunión en formato ampliado, con miembros de las respectivas comitivas, en especial los cancilleres y los ministros de Defensa de ambos países, en la cual durante hora y media se discutieron diferentes proyectos en las áreas en que Corea del Norte está más interesada, como son alimentos, combustibles, tecnologías, sanidad y turismo rusos, Putin y Kim sostuvieron un encuentro a solas, con intérpretes, para tratar por espacio de dos horas los asuntos más delicados que ambos países mantienen en secreto.
Una vez afinados los últimos detalles, los mandatarios ruso y norcoreano procedieron a firmar el acuerdo de asociación estratégica, que sustituye los tratados de amistad y cooperación suscritos en 1961, 2000 y 2001.
Putin viajó a Vietnam, donde continuará su gira asiática.
Juan Pablo Duch, corresponsal
Fuente: La Jornada