Pero fue el calor de marzo, el más cálido desde que India comenzó a llevar registros en 1901, fue el estropeó las cosechas.
Una ola de calor inusualmente temprana y que batió récords redujo la cosecha trigo en India, lo que genera dudas sobre cómo equilibrará el país sus necesidades internas con la ambición de incrementar las exportaciones y compensar la escasez causada por la guerra de Rusia en Ucrania.
En la capital de India, Nueva Delhi, en las últimas semanas han ardido gigantes vertederos de basura. Las escuelas del estado oriental de Odisha llevan una semana cerradas y en el vecino Bengala Occidental, los centros adquieren sales de rehidratación oral para sus alumnos. El martes, Rajgarh, una ciudad del centro con más de 1,5 millones de habitantes, registró la temperatura diurna más alta del país con 46,5 grados Celsius (114,08 Fahrenheit). Los termómetros superaron los 45 C (113 F) en otras nueves ciudades.
Pero fue el calor de marzo, el más cálido desde que India comenzó a llevar registros en 1901, el que afectó a las cosechas. El trigo es muy sensible al calor, especialmente durante la fase final de maduración de los granos. Los agricultores programan la siembra para que esto coincida con la primavera, que suele ser más fresca.
Un fenómeno que va a la alza
Pero el cambio climático ha agravado las olas de calor en el país, dijo Friederike Otto, científica del clima del Imperial College de Londres, agregando que, antes de que la actividad humana elevase la temperatura global, este tipo de olas de calor afectaban a India una vez casi cada medio siglo.
“Pero ahora es mucho más habitual. Podemos esperar temperaturas tan altas alrededor de una vez cada cuatro años”, afirmó. La exposición de India al calor extremo se incrementó en un 15% entre 1990 y 2019, según un reporte de 2021 de la revista médica The Lancet. Es una de las cinco naciones donde la población vulnerable, como los ancianos y los pobres, tiene una mayor exposición al calor. Y, junto a Brasil, tiene la mayor mortalidad relacionada con el calor del mundo, añadió el informe.
Agricultores como Baldev Singh forman parte del colectivo de los más vulnerables. En su finca de Sangrur, en el estado norteño de Punjab, Singh vio como sus cultivos se estropeaban ante sus ojos cuando la normalmente fresca primavera trajo un incesante calor. Perdió alrededor de una quinta parte de la plantación. En otros casos, las pérdidas fueras mayores. “Me temo que lo peor está por llegar”, afirmó.
Punjab es el “granero” de India y el gobierno ha fomentado la siembra de trigo y arroz en esa zona desde la década de 1960, normalmente, es el estado que más contribuye a las reservas nacionales y el gobierno esperaba comprar alrededor de un tercio de su producción este año. Pero las evaluaciones del ejecutivo prevén cosechas menores que el año pasado y Devinder Sharma, un experto en política agrícola, señaló que la caída podría ser del 25%. Y la historia se repite en otros estados con grandes cosechas de trigo, como Uttar Pradesh y Madhya Pradesh.
Fuente: El Heraldo de México