Madrid. El número de muertos por las lluvias torrenciales en España se elevó a 205, según el último informe hecho público por el gobierno autonómico de Valencia, donde se han registrado la mayoría de las víctimas mortales. La situación en los pueblos afectados por la “gota fría” que inició el pasado martes de madrugada sigue siendo catastrófica y alarmante, ya que la principal ayuda que han recibido hasta ahora ha sido de los vecinos, que les han llevado de su propio pie agua, comida, material sanitario y herramientas para intentar limpiar de lodo sus viviendas y calles. El Estado español hasta ahora ha actuado de forma escasa y el malestar ciudadano empieza a crecer ante la lenta reacción de las administraciones públicas para movilizar todo el personal y material disponible para este tipo de tragedias.
El drama sigue creciendo, sobre todo en la Comunidad Valenciana, donde el último reporte cifró en 202 las personas fallecidas por la DANA, además de los dos de Castilla-La Mancha y el ciudadano de Andalucía.
Desde ayer por la noche la principal preocupación son las decenas de personas desaparecidas e incomunicadas, ya sea porque están atrapados en algún sitio por la crecida del agua y la acumulación de lodo, o porque la ausencia de luz eléctrica y los destrozos en las vías de acceso a sus localidades ha impedido saber si se encuentran sanos y salvo. En las centenares de miles de personas damnificadas empieza a crecer la indignación ante lo que algunos ya tildan a España de “Estado fallido”, al no haber tenido los reflejos ni los recursos necesarios para revolver esta tragedia natural histórica, la peor del siglo, y que hasta ahora sigue aumentando. El principal reclamo al gobierno central, del socialista Pedro Sánchez, es que no haya decretado el “estado de alarma” y haya movilizado a todos los efectivos militares, policiales y sanitarios disponibles para llevar agua, comida y sacar a las personas atrapadas.
Hasta ahora el principal apoyo de los damnificados ha sido de los propios vecinos y ciudadanía española que se está organizando por todo el país para auxiliar a los afectados, en una ola de solidaridad sin precedentes.
Armando G. Tejeda, corresponsal
Fuente: La Jornada