Richard Lizárraga Peiro
Brisya Carolina, implicada por la Fiscalía General de Justicia y única detenida por el crimen del periodista de El Debate Luis Enrique Ramírez Ramos, quedó en libertad. El crimen continúa impune pese al despliegue publicitario de las autoridades afirmando que el caso ya estaba resuelto. Un juez federal determinó que se actuó de manera contumaz contra Brisya.
La detención «preventiva» de Brisya Carolina podría deberse a un acuerdo ilegal, entre la Fiscalía Sara Bruna Quiñónez y el Juez Local de Control Adán Alberto Salazar Gastélum, para “doblarla”, ejerciendo sobre ella “tortura psicológica” a fin de que delate a quienes según la Fiscalia son los autores intelectuales y materiales del crimen.
Este martes, el Juez de Control, a solicitud de un Juez Federal dejo sin efecto la prisión «preventiva» justificada que le impuso el pasado 12 de julio a Brisya Carolina, enredada en la investigación del asesinato del columnista político Luis Enrique Ramírez.
Durante la audiencia celebrada en la Sede Regional de Justicia Penal y Acusatorio Oral Centro, el Juez Adán Alberto Salazar declaró que por disposición de un Juez Federal en un plazo máximo de 24 horas tenía que dejar sin efectivo la “medida cautelar” dictada contra la acusada y dejarla en libertad.
La autoridad federal aseguró que el Juez Local de Control fue contumaz, es decir, que actuó con dureza al dictar el 12 de julio la prisión preventiva a Brisya Carolina al vincularla a proceso.
La contumacia es uno de los tantos conceptos relacionados con el Derecho inquisitorial, el cual se caracterizaba por aplicar el principio jurídico de oficiosidad, que permitía al juez o al tribunal participar activamente del proceso, superponiendo o agregando sus propias pretensiones y alegaciones antes de emitir una sentencia.
Brisya Carolina es acusada de encubrir a los asesinos intelectuales y materiales del periodista, por lo que el pasado mes de julio fue vinculada a proceso por el delito de encubrimiento por favorecimiento, ilicito que no aplica por su relación de pareja sentimental con uno de los involucrados por la Fiscalía en el asesinato.
La liberación de Brisya Carolina, la contumacia del Juez de Control, que violó los derechos humanos de la acusada y el uso excesivo de una “medida cautelar” para ejercer sobre ella “tortura psicológica”, ofrecen elementos jurídicos que podrían derrumbar la investigación criminal y la acusación que se le imputa.
Por la puerta que ingresó el pasado 12 de julio, Brisya Carolina salió saludando al personal de la sede Regional de Justicia Penal, Acusatorio y Oral Centro, y celebró la decisión del juez Adán Alberto Salazar Gastélum, quien atendió la decisión de la instancia federal.
Ni los representantes de la Fiscalía General del Estado ni la familia de Luis Enrique rechazaron la determinación de los juzgadores durante la audiencia, la cual duró 8 minutos.
A la imputada se le había impuesto como medida cautelar la prisión «preventiva» justificada bajo el argumento endeble de que libertad implicaría que podría obstaculizar las investigaciones y, por otro lado, ponía en riesgo la integridad de familiares de la víctima y de testigos.
Al culminar la audiencia que duró apenas 8 minutos, la imputada no quiso hacer ningún tipo de comentario; fue escoltada por sus abogados hasta su vehículo estacionado en las afueras de la Sede Regional de Justicia.
En julio, Sara Bruna Quiñónez Estrada reveló que existen dos órdenes de aprehensión no cumplimentadas en relación al asesinato de Luis Enrique Ramírez, sostenidas por dichos de testigos del “levantón” del periodista, que podrían ser refutadas por la “distancia presencial”, en medio de la obscuridad, de los declarantes o informantes.
El cuerpo del periodista Luis Enrique Ramírez Ramos fue encontrado el 5 de mayo emplayado en un camino de terracería cercana al ejido El Ranchito, Culiacán. El comunicador de 59 años era propietario del portal de noticias Fuentes Fidedignas y columnista del diario El Debate.