Washington y Nueva York. El senador Robert Menendez, el demócrata más poderoso encargado de asuntos de política exterior en el Congreso, rehusó este lunes renunciar su puesto en el Congreso, y reiteró su inocencia a pesar de una acusación criminal federal por corrupción contra él y su esposa donde las pruebas incluyen fajos de efectivo de cientos de miles de dólares escondido en ropa, cajas y closets por toda su casa en Nueva Jersey y lingotes de oro directamente vinculados a empresarios que obtuvieron favores políticos del legislador cubanoestadunidense.
El gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy y casi toda la cúpula política demócrata de ese estado casi de inmediato llamaron por la renuncia de su colega, mientras que Menendez, bajo reglas de la cámara alta, ya tuvo que abandonar su puesto como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Pero a pesar de la por ahora espectacular caída del legislador cubanoestadunidense, entre las primeras interrogantes en los circuitos políticos es si el principal defensor demócrata del bloqueo contra Cuba y otras políticas promoviendo un cambio de régimen en la isla podría llevar a un giro en la política hacia La Habana.
“No creo que mucho cambiará, su equipo aun permanece ahí y el resto de los demócratas siguen intimidados por él (en torno a la relación bilateral)” comentó una asesora legislativa en el Senado contactada por La Jornada.
El senador cubanoestadunidense por Nueva Jersey ha ejercido enorme influencia sobre políticas estadunidenses hacia Cuba y el hemisferio americano. Una y otra vez cuando se interroga a funcionarios del gobierno de Joe Biden sobre por qué no se ha anulado la inclusión de Cuba, por orden del gobierno de Donald Trump, en la lista oficial de países que patrocinan el “terrorismo” o restaurado las políticias de apertura con Cuba realizadas durante el gobierno de Barack Obama (donde Biden era el vicepresidente) la respuesta repetida ha sido por la oposición del senador demócrata Menendez.
Sin embargo, otros creen que el escándalo de Menendez tal vez abre un poco la puerta a un cambio porque “le ofrece al gobierno de Biden más espacio para hacer cambios a su política hacia Cuba, pero creo que es demasiado temprano hasta para especular”, comentó otro asesor legislativo contactado por La Jornada.
“Aunque funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional (de la Casa Blanca) y del Departamento de Estado han culpado en privado al senador por limitar lo que podían hacer, en los hechos han mostrado mínimo interés en restaurar muchas de las aperturas modestas logradas bajo Obama, y ningún interés en abordar los fundamentos del embargo”, comentó Fulton Armstrong, quien fue Oficial de Inteligencia Nacional para América Latina durante el gobierno de George W.Bush y ex asesor del Comité de Relaciones Exteriores. En entrevista con La Jornada, Armstrong agregó que “si Menendez permanece en el Senado, estos funcionarios seguirán subordinados a él y otros legisladores de la cámara alta y baja del Congreso sobre estos temas”.
En el pasado, Menendez ha criticado algunas acciones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo emitiendo una declaración en febrero de este año afirmando que “rechazamos los intentos repetidos del presidente López Obrador de sabotear las instituciones democráticas de Mexico”.
Jim Cason y David Brooks, corresponsales
Fuente: La Jornada