El gobierno israelí planean intensificar sus bombardeos en la Franja de Gaza para destruir a las fuerzas armadas de Hamás.
El Ejército israelí anunció que intensificará sus bombardeos en la Franja de Gaza, que realiza incesantemente desde hace dos semanas en respuesta al sangriento ataque de Hamás, y lo hizo horas después de que entrara en el enclave palestino un primer convoy con ayuda humanitaria.
El punto de paso de Rafah, única salida de la Franja de Gaza que no está controlada por Israel, volvió a cerrarse tras el paso de ese convoy de 20 camiones, insuficiente según la ONU.
Para este organismo, harían falta al menos 100 camiones diarios para atender las necesidades de los 2.4 millones de habitantes del territorio.
Israel, que prometió “aniquilar” al movimiento islamista palestino Hamás, se prepara para lanzar una ofensiva terrestre en Gaza. El ejército quiere “aumentar los bombardeos” en el territorio palestino a partir de hoy, declaró un portavoz de las fuerzas armadas israelíes.
“Vamos a entrar en Gaza, vamos a hacerlo para cumplir con un objetivo operativo, destruir las infraestructuras y a los terroristas de Hamás, y vamos a hacerlo profesionalmente”, declaró el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, que pasó revista a las tropas.
Situación “catastrófica”
En la Franja de Gaza, donde, según la ONU, un millón de palestinos huyeron del norte hacia el sur a causa de los bombardeos, la situación es “catastrófica”, afirmaron ayer cinco agencias de Naciones Unidas.
“El tiempo se agota antes de que las tasas de mortalidad se disparen debido a la aparición de enfermedades y la falta de capacidad en la atención médica”, advirtieron en un comunicado.
Ayer, medios internacionales constataron que los primeros 20 camiones cruzaron por el puesto de Rafah, en la frontera con Egipto, y entraron a la Franja de Gaza.
Pero el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó que los gazatíes necesitan “mucho más” y reclamó un “alto el fuego humanitario” para “poner fin a la pesadilla”, durante una “Cumbre por la paz” en El Cairo, a la que acudieron dirigentes árabes y occidentales.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, instó a todas las partes del conflicto a continuar permitiendo la entrada de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, aludiendo “una necesidad crucial”.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, celebró “un primer paso” dado “para aliviar el sufrimiento de personas inocentes” en Gaza.
Más de un centenar camiones con ayuda humanitaria esperan para poder entrar en la Franja de Gaza, y decenas de personas con pasaportes extranjeros aguardan del lado palestino para cruzar a Egipto.
La Franja de Gaza, un territorio pobre y estrecho de 362 km2, está sometido a un bloqueo israelí por tierra, aire y mar desde que Hamás tomó el poder allí en 2007.
Desde el 9 de octubre se encuentra en un estado de “asedio completo” por parte de Israel, que ha cortado el suministro de agua, electricidad y alimentos.
Más de mil 400 personas han muerto en territorio israelí desde que Hamás lanzó su sorpresivo ataque en territorio israelí el 7 de octubre, según las autoridades. La mayoría eran civiles que murieron ese mismo día.
En la Franja de Gaza, más de cuatro mil 300 palestinos, mayoritariamente civiles, han muerto en los incesantes bombardeos que Israel ha lanzado en respuesta al ataque de Hamás, según el Ministerio de Salud del movimiento palestino.
Además, Hamás mantiene cautivas a unas 200 personas, según el ejército israelí.
El viernes, el movimiento islamista liberó a los dos primeros rehenes, una madre y su hija estadounidenses, gracias a la mediación de Qatar.
La ONU reiteró su llamado a la “liberación inmediata e incondicional” de todos los secuestrados por Hamás.
AFP
Termina cumbre sin acuerdos de paz en Egipto
Los esfuerzos diplomáticos por evitar una escalada regional también se intensifican, como con la cumbre organizada por el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi.
Sin embargo, las negociaciones tropezaron en dos puntos: los países árabes se negaron a suscribir la “condena clara de Hamás” y el “llamado a la liberación de los rehenes” que reclamaban los occidentales, explicaron diplomáticos árabes que pidieron el anonimato.
Así, la cita concluyó sin comunicado conjunto. La presidencia egipcia se limitó a publicar una declaración denunciando que “la comunidad internacional puso de manifiesto en las últimas décadas su incapacidad para encontrar una solución justa y duradera a la cuestión palestina”.
En la cumbre, el rey Abdalá II de Jordania y el presidente de la Autoridad palestina, Mahmud Abas, pidieron un “alto el fuego” entre Israel y Hamás y también una “solución” a los 75 años de conflicto israelo-palestino.
“No nos iremos” de las tierras palestinas, declaró Abas, una posición apoyada por Egipto y Jordania, frente a la evacuación de los gazatíes hacia el sur de Gaza que pide Israel.
Los dirigentes consideran que este es un primer paso hacia “un desplazamiento forzoso” de palestinos al Sinaí egipcio. Según Abas, esto equivaldría a “una segunda Nakba” (catástrofe en árabe), refiriéndose a la expulsión de unos 760 mil palestinos tras la creación del Estado de Israel en 1948.
Médicos en Gaza trabajan sin los insumos básicos
Lo único peor que los gritos de un paciente operado sin suficiente anestesia son las caras de terror de los que esperan su turno, dice un cirujano ortopédico de 51 años.
Cuando los bombardeos israelíes se intensifican y los heridos inundan los hospitales de Ciudad de Gaza en donde trabaja, el doctor Nidal Abed atiende a los pacientes donde puede: en el piso, en los pasillos, en habitaciones abarrotadas con 10 pacientes en lugar de dos. Sin suficientes suministros médicos, Abed se las arregla con lo que encuentra: prendas de vestir como vendas, vinagre como antiséptico, agujas de coser como agujas quirúrgicas.
Los hospitales de la Franja de Gaza están al borde del colapso debido al asedio de Israel, que ha cortado el suministro de electricidad, agua, alimentos y otros artículos de primera necesidad al territorio. Carecen de agua potable. Se están quedando sin artículos básicos para aliviar el dolor y prevenir infecciones. El combustible para sus generadores escasea.
La ofensiva israelí ha devastado barrios, cerrado cinco hospitales, matado a miles de personas y herido a más gente de la que pueden atender las instalaciones médicas que quedan en la Franja de Gaza.
“Nos falta todo y tenemos que realizar cirugías muy complejas”, dijo Abed, que trabaja con Médicos Sin Fronteras, desde el hospital Al Quds. El centro médico está todavía atendiendo a cientos de pacientes a pesar de la orden de desalojo que el ejército israelí dio el viernes. Unos 10 mil palestinos desplazados por los bombardeos también encontraron refugio en el complejo del hospital.
“Esa gente está aterrorizada, y yo también”, dijo el cirujano, “Pero no hay manera de evacuar”.
En todos los hospitales de la Franja de Gaza, el ingenio es puesto a prueba. Abed dijo que utilizó vinagre casero de la tienda de la esquina como desinfectante hasta que se agotó en los almacenes. Muchos doctores tuvieron la misma idea. Ahora, Abed limpia las heridas con una mezcla de solución salina y agua que gotea de los grifos porque Israel cortó el suministro de agua potable.
La escasez de material quirúrgico obligó al personal a usar agujas de coser para suturar las heridas. De acuerdo con Abed, esto puede dañar los tejidos. La falta de vendas obligó a los médicos a envolver grandes quemaduras con tiras de prendas de vestir, lo cual, dijo Abed, puede causar infecciones. La escasez de implantes ortopédicos obligó a Abed a usar tornillos que no se ajustan a los huesos de sus pacientes. No hay suficientes antibióticos, así que suministra una sola pastilla en lugar de dosis múltiples a los pacientes que están sufriendo terribles infecciones bacterianas.
Cuando Israel cortó el suministro de combustible a la única central eléctrica del territorio hace dos semanas, los estruendosos generadores de Gaza entraron en funcionamiento para mantener en marcha los equipos de soporte vital en los hospitales.
En el hospital Shifa, el más grande de Gaza, donde Abed también trabajó esta semana, la unidad de cuidados intensivos funciona gracias a los generadores, pero la mayoría de las demás salas está sin electricidad. El aire acondicionado es un lujo del pasado. Mientras opera, Abed ve las gotas de sudor que caen de la frente de sus pacientes.
El hospital Shifa -con una capacidad máxima de 700 pacientes- está atendiendo a cinco mil personas, de acuerdo con el director general Mohammed Abu Selmia. Filas de pacientes, algunos en estado crítico, serpentean afuera de los quirófanos. Los heridos yacen en el piso o en camillas que a veces llevan manchas de sangre de pacientes anteriores. Los doctores operan en pasillos atestados de gente y de gemidos.
Las escenas -bebés que llegan solos a cuidados intensivos porque nadie más de su familia ha sobrevivido, pacientes despiertos y con muecas de dolor durante las operaciones- han traumatizado a Abed hasta insensibilizarlo.
Pero lo que todavía le duele es tener que escoger a cuáles pacientes atender primero.
“Tienes que decidir”, dice. “Porque sabes que muchos no sobrevivirán”.
AP
Bombardean otra mezquita
Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) informaron que aviones del ejército bombardearon una mezquita de Jenin, en Cisjordania, que, según ellos, servía como “infraestructura terrorista subterránea” tanto para Hamás como para la jihad Islámica.
Según el medio local Haaretz, la mezquita atacada, denominada Al-Ansar, está situada el interior del campo de refugiados de la localidad cisjordana, donde, siempre según las autoridades israelíes, había estado operando una célula terrorista de ambos grupos extremistas.
Conforme a lo dicho por las IDF, esta célula había planeado llevar a cabo un ataque “inminente” y había sido responsable de una serie de ataques en los últimos meses.
Las IDF declararon, asegura Haaretz, que la mezquita había servido como centro de comando y planificación de las operaciones de los terroristas, y recientemente recibió información de inteligencia que indicaba los planes de los terroristas de ejecutar un “ataque significativo”.
El ataque se dio en el marco del conflicto desatado entre Israel y Hamás tras el ataque terrorista perpetrado por el grupo islamista el pasado 7 de octubre contra la totalidad del territorio israelí.
El número de muertos por los ataques israelíes principalmente a la Franja de Gaza (territorio dominado por Hamás desde que desplazaran a sus rivales palestinos de Fatah en 2007) sigue en aumento, según las cifras facilitadas por el ministerio de Sanidad palestino.
EFE
Fuente: El Informador