Alvaro Aragón Ayala
La Liga de Comunidades Agrarias, apéndice o sector del Partido Revolucionario Institucional, entró en su etapa de desmantelamiento porque su margen de operatividad política es muy reducida, por el desarme de su estructura operada por el dirigente del Grupo Trébol y alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros, y por la cancelación del cobro de la “cuota Liga”.
En Sinaloa la pulverización de la LCA inició de hecho en el 2018 cuando el voto verde mutó a voto guinda en el proceso electoral para elegir candidatos a alcaldes, diputados locales y federales, Senadores de la República y presidente de la República. Ejidos completos fueron devorados por el sunami lópezobradorista.
En la elección del 2021, el dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, Faustino Hernández Álvarez, concentró el “poder campesino” en su búsqueda de la alcaldía de Culiacán bajo el amparo de las siglas PRI-PAN-PRD y fue derrotado por el candidato de Morena-PAS, Jesús Estrada Ferreiro.
En Ahome, Gerardo Vargas Landeros, operó la desmembración de los comités regionales 5° y 17°, a los que les quitó más de 50 comisariados ejidales, a quienes puso a trabajar para su campaña en pos de la presidencia municipal y en apoyo a Rubén Rocha Moya, a la sazón candidato del Morena-PAS a la gubernatura de Sinaloa.
La estrategia de la desarticulación fue replicada en los 18 municipios de Sinaloa. El liderazgo estatal de la Liga de Comunidades Agrarias ocupado en su candidatura por la presidencia de Culiacán dejó al garete a los comités regionales y al abanderado del PRI-PAN-PRD al gobierno estatal, Mario Zamora Gastélum. Cientos de comisariados vistieron la franela guinda y votaron por la fórmula Morena-PAS representada por Rubén Rocha Moya.
En funciones de gobernador, Rubén Rocha Moya cumplió una promesa de campaña: cancelar la “cuota Liga”, cuyo cobro llevaba 28 años, y que consistía en aplicar 12.5 por ciento de descuento adicional a la producción agrícola sobre la erogación del impuesto predial rústico para mantener a las LCA y otras organizaciones del PRI.
Se estima que por el cobro de esa cuota la Liga de Comunidades Agrarias captaba alrededor de 20 millones de pesos anuales, dinero del que nunca se rindió cuentas a los campesinos de Sinaloa.
La “cuota Liga” nació en 1993, en el sexenio de Renato Vega Alvarado, cuando se pactó un “acuerdo administrativo” para recaudar dinero gravando la producción agrícola campesina. En aquel entonces gobernaba el país Carlos Salinas de Gortari.
El convenio por tiempo indefinido fue suscrito entre el entonces tesorero estatal Marco Antonio Fox Cruz y el secretario general de la Liga de Comunidades Agrarias de esa época, Rafael Ruvalcaba León. El convenio fue suprimido por el gobierno de Rubén Rocha Moya. La LCA no tiene ya soporte económico para pagar a su estructura formal.
En la más reciente reunión con Faustino Hernández, el alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros, trazó el proyecto de “vaciar” a la Liga de Comunidades Agrarias. “Me voy a traer a varios campesinos a Morena, el primero va a ser Faustino”, dijo.
Vargas Landeros y Faustino Hernández se reunieron en la sindicatura Higuera de Zaragoza, Ahome, argumentando un “convivio de fin de año”, al que también acudieron el presidente del Comité Municipal Campesino número 5, Juan Luis Díaz Escobar, y Aristeo Verdugo del Comité Regional número 17.
Antes del encuentro, el presidente de Ahome, dijo: “Viene mi amigo Faustino, que somos amigos desde hace muchos años, me invitaron aquí a una reunión de amigos y pues aquí estamos, yo creo que es momento de convivir con la raza…”
Y sentenció: “…ya les dije a los de la CNC que pongan tiempo porque me los voy a llevar a Morena, Faustino hice la apuesta que va a ser el primero que me voy a traer para acá, apuéstenle, apuéstenle”.
En la reunión se pactó que los líderes de los comités regionales número 17 y 5 van a impulsar las candidaturas de los candidatos a síndicos municipales que salgan de Morena. Más claro ni el agua.
La Liga de Comunidades Agrarias pertenece a la Confederación Nacional Campesina, pilar del PRI. El primer presidente nacional de la CNC fue Graciano Sánchez. En sus primeros años, la organización fue la única que representaba a la gente del agro en el sector campesino del partido tricolor, pero actualmente sus banderas les fueron arrebatadas por Morena y por otras agrupaciones o centrales campesinas.