Alvaro Aragón Ayala
Al postrarse a la consigna y a la agenda de Morena, los diputados del PRI perdieron identidad partidista reduciendo casi a la nada su presencia operativa en el Congreso Local de cara al proceso de renovación del dirigente estatal del partido tricolor. Pese a que hipotéticamente cuenta con 8 curules, dada su sumisión al partido guinda el peso específico político del PRI en el Poder Legislativo es menor al del Partido Sinaloense que cuenta con 5 debido a la traición de 3 de sus diputados.
Cuando menos 6 diputados de los 8 del PRI visten ropaje de Morena, pero con disfraz tricolor superpuesto. Los otros 2 pisan la puerta del Partido Acción Nacional. Los 6 diputados identificados con el ex gobernador Quirino Ordaz Coppel y el también ex mandatario Jesús Aguilar Padilla, orientan sus pasos a la servidumbre política buscando una vertiente para hacer “carrera política” en Morena. No le tienen amor a la camiseta tricolor.
Los legisladores del PRI recuentan graciosamente sus diputaciones para intentar aparecer como la “segunda fuerza” política, pero sin fuerza. La realidad es que no tienen voz propia ni son un real contrapeso para la Cuarta Transformación. Se mueven en función de sus intereses particulares y los del grupo Quirino Ordaz Coppel-Jesús Aguilar Padilla alineado a la 4T.
Pese a su alianza con Morena y a que tres de sus diputados lo traicionaron, el Partido Sinaloense tiene una vida más activa que el PRI en el Congreso Local, pues ejerce posicionamientos políticos de alta envergadura y planta iniciativas de reformas a la ley de alto contenido social y humano. Los diputados del PRI actúan como un clon o apéndice de la 4T. su accionar se concentra en la defensa en comisiones del ex gobernador Quirino Ordaz, recién expulsado por el PRI por alta traición.
La mayoría de los diputados locales del PRI no tienen contacto con las bases priistas ya que fueron matriculados en la lista de diputados pluris para ganar perdiendo en la derrota anunciada de la alianza PRI-PAN-PRD. Los legisladores traidores salieron del proyecto “Puro Sinaloa” que Quirino Ordaz creó y operó como un PRI alterno para sacar de ahí sus propios candidatos y participar en la contienda electoral 2021 en dos bandos: con el candidato del PRI-PAN-PRD y con el abanderado de Morena-PAS.
Pese a su falta de identidad priista, los diputados pluris ganaron con la derrota del PRI-PAN-PRD, arreglándose y alineándose de inmediato con el partido mayoritario. Identificados como quirinistas-aguilaristas, más que priistas, formaron el cónclave de la traición silenciosa que opera en el Poder Legislativo como apéndice de Morena. Lo deleznable: No desertan del tricolor porque obedecen a la orden de “carcomerlo” y «reventarlo» desde adentro.
Los diputados priistas traidores Ricardo Madrid Salas y Sergio Mario Arredondo Salas, bailan al son que les toca el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local Feliciano Castro Meléndez. En días pasados, acompañados por personeros de Jesús Aguilar Padilla realizaron un recorrido por varios municipios de Sinaloa para intentar impedir que el PRI celebrara el proceso interno para la elección de su presidente interino o de transición.
La jugada de Quirino Ordaz-Aguilar Padilla pretendía retrasar, con la falsa bandera de la “unidad democrática”, la elección del futuro dirigente estatal del PRI. Los diputados orquestaron la pretensión del bloqueo de la elección interna temerosos de que el nuevo o futuro presidente del partido tricolor y su estructuran rompan el pacto que mantienen con Morena en el Congreso Local y en el Tercer Piso.
La jugada no funcionó. El delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Enrique Benítez Ojeda, anunció que en los próximos días publicarán la convocatoria para elegir al presidente sustituto en el estado, que cubrirá el periodo que dejó inconcluso Jesús Valdés Palazuelos, lo cual obligó a los diputados a “trabajar” horas extras buscando romper el proceso.
Benítez Ojeda ha sostenido encuentros con varios interesados en dirigir el PRI estatal, entre ellos, Jorge Abel López Sánchez, Marcos Osuna, Manuel Osuna, Faustino Hernández Álvarez, Francisco López, Jesús Armando Ramírez y Aarón Irízar López, entre otros. Cuando menos tres de ellos buscan la presidencia para colocar en el piso de remates el PRI estatal. Ronda al interior del tricolor el tufo de la traición de los legisladores “priistas”.
Si el PRI Nacional de Alejandro Morena Cárdenas y los grupos priistas no alineados por Morena logran instalar un dirigente no controlado por la Cuarta Transformación, el reto del Revolucionario Institucional será dignificar el papel de los diputados -tarea que se antoja imposible-, reconstruirse como propuesta ideológica partidista y constituirse como una real oposición territorial, estatal y municipal.