Un cadáver localizado en la década de los 70 congelado dentro de una cueva es identificado 50 años después

La identidad del llamado “hombre pináculo” permaneció desconocida hasta que un detective encontró una tarjeta de huellas dactilares que se encontraba extraviada

Un misterio que ha intrigado a investigadores forenses durante casi 50 años finalmente ha sido resuelto. La identidad del “Hombre Pináculo”, cuyos restos congelados fueron encontrados en una cueva de Pensilvania en 1977, ha sido revelada como Nicholas Paul Grubb, un joven que desapareció cuando tenía 27 años.

Durante décadas, la identidad del cuerpo congelado permaneció desconocida a pesar de los esfuerzos de las autoridades. Sin embargo, un reciente descubrimiento en los archivos policiales ha arrojado luz sobre este caso frío.

Un archivo perdido, una identificación

La identificación se logró con un método tradicional. Foto: Especial

Un detective de la Policía Estatal de Pensilvania, Ian Keck, encontró una tarjeta de huellas dactilares que había sido extraviada durante la autopsia original realizada en 1977. Al ingresar esta información en el Sistema Nacional de Personas Desaparecidas y No Identificadas (NamUs), se logró establecer una coincidencia con las huellas dactilares de Nicholas Paul Grubb.

Este hallazgo sorprendente demuestra cómo un simple archivo perdido puede ser la clave para resolver un misterio de larga data. A pesar de los avances tecnológicos en la identificación forense, en este caso, fue la investigación tradicional y la perseverancia de un detective lo que llevó a la resolución del caso.

Un cierre para la familia

El cuerpo se encontró congelado al interior de una cueva. Foto: Especial

La identificación de Grubb ha proporcionado un cierre muy esperado para su familia, quienes han pasado décadas sin saber qué le había sucedido. Las autoridades han expresado su satisfacción por poder darles respuestas y ayudarles a encontrar paz.

Este caso destaca la importancia de mantener registros detallados y de continuar investigando casos sin resolver, incluso después de muchos años.

Carlos Méndez

Fuente: El Heraldo de México