Un exagente del Servicio Secreto compartió sus recuerdos del fatídico día y reveló detalles que podrían cuestionar lo que se creía absoluto acerca del asesinato del expresidente estadounidense.
Un antiguo agente del Servicio Secreto de Estados Unidos, Paul Landis, que estuvo cerca del presidente John F. Kennedy el día de su asesinato en Dallas hace casi 60 años, ha planteado preguntas sobre la versión oficial del asesinato que afirmaba que Lee Harvey Oswald fue el único autor de los disparos.
En una entrevista exclusiva con The New York Times, Landis, cuyo libro ‘The Final Witness’ (‘El último testigo’) se publicará el 10 de octubre, compartió sus recuerdos del fatídico día y reveló detalles que podrían cuestionar la teoría de la “bala mágica” defendida por la Comisión Warren.
Más de un atacante
Según Landis, si sus recuerdos son precisos, la teoría de la “bala mágica” utilizada por la Comisión Warren podría estar equivocada, lo que sugiere la presencia de más de un tirador en el asesinato de Kennedy. La teoría de la “bala mágica” sostenía que una sola bala disparada contra la limusina de Kennedy había alcanzado tanto al presidente como al entonces gobernador de Texas, John B. Connally Jr.
Lo que hace el testimonio de Landis aún más intrigante es que afirma haber encontrado el proyectil en el coche presidencial, atrapado en el respaldo del asiento en el que Kennedy estaba sentado. Aunque nunca fue interrogado por la Comisión Warren, Landis asegura que encontró la bala y la llevó al hospital con la intención de entregársela a un supervisor. Sin embargo, inexplicablemente, la colocó en la camilla de Kennedy en lugar de entregarla directamente.
El abogado e historiador James Robenalt, quien ayudó a Landis a recordar estos eventos, sostiene que si sus afirmaciones son ciertas, podrían revivir la discusión sobre la existencia de un segundo tirador en el asesinato de Kennedy, lo que pondría en duda la teoría de que Oswald actuó solo.
A pesar de la relevancia de estas afirmaciones, existe cierta incertidumbre sobre la exactitud de los recuerdos de Landis, ya que difieren en varios aspectos de las declaraciones escritas que proporcionó después de la tragedia. Landis argumenta que estos informes originales contenían errores debido al shock y la falta de sueño que experimentó en esos días, ya que estaba ocupado ayudando a la primera dama, Jacqueline Kennedy.
Gerald Posner, autor de ‘Caso cerrado’, también es escéptico sobre las afirmaciones de Landis, aunque no duda de su sinceridad. Posner señala que la memoria de las personas tiende a empeorar con el tiempo, por lo que la mejora en los recuerdos de Landis, especialmente en detalles cruciales como el número de disparos, es motivo de escepticismo.
A pesar de las dudas y la controversia, el testimonio de Paul Landis plantea preguntas intrigantes sobre uno de los momentos más oscuros de la historia de Estados Unidos y podría dar lugar a un nuevo examen de los eventos que rodearon el asesinato de John F. Kennedy en 1963.
Adriana Cuellar
Fuente: El Heraldo de México