La calidad de suelo que se tiene en el estado de Sinaloa, se empieza a deteriorar por diversos factores, desde su contaminación por agroquímicos, hasta la deforestación, lo que ha llevado a degradar su calidad, y con ello la desaparición de los cuerpos de agua existentes, principalmente en la parte baja de los suelos, compartió César Romero Higareda, investigador de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
Definió que el suelo es la capa superficial o parte viva de la corteza terrestre que puede ir de los 5 a 10 centímetros y en el caso de algunos suelos más profundos hasta los 30 centímetros o medio metro, parte donde existe una gran cantidad de microorganismos como hongos y bacterias que propician el intercambio de materia y energía.
“Los hongos que viven en el suelo y que se incorporan al formar una simbiosis con las plantas y las bacterias, ayudan a fijar el nitrógeno de la atmósfera, de ahí que el suelo es fundamental para el sustento de la producción primaria, sin suelo no se tendría plantas y por ende vida, de ahí que cobra su relevancia”, explicó.
Mencionó que en el noroeste de México es un ecosistema árido donde es mediana la capacidad de captación de agua en el estado de Sinaloa y el sur de Sonora debido a que los ríos escurren hacia abajo.
En ese sentido, recordó, que el suelo en el estado no es tan fértil como se podría creer, dado que los agroquímicos y el riego intensivo de 60 años a la fecha han iniciado un proceso de formación de sales, sumándose a ello que este exceso de agua al evaporarse, se lleva los minerales que se encuentran en el suelo y con ello inicia el proceso de salinización del mismo.
El investigador universitario expuso que tales requerimientos hechos al ecosistema han mermado la calidad del suelo, citando como ejemplo las costras de suelo visible en la parte central del municipio de Navolato donde ya se tienen problemas graves de salinización, así como lugares de Tamazula, Imala y Sanalona, donde se ha perdido las faldas o suelos de los cerros por la deforestación.
En términos ecosistémicos esto se traduce en fragilidad, ya que al llegar la lluvia arrastra todo a su paso, incluyendo este suelo suelto con diversos minerales, llegando a arroyos y ríos donde finalmente quedan azolvados en el afluente, por lo que se requieren años para que este suelo se recupere.
En conclusión, Romero Higareda dijo que en la actualidad se puede observar que desde la sierra hasta la costa la falta de conocimiento, de cultura, de iniciativas y responsabilidad han provocado la pérdida del suelo y se ha convertido en un problema grave, como lo es hoy el cambio climático.