Washington. Los procesos legislativos continuaron ayer estancados en Estados Unidos debido a que la Cámara de Representantes sigue sin lograr designar a su presidente a causa de un grupo de republicanos ultraconservadores que insiste en negar su apoyo a su principal candidato, Kevin McCarthy, a pesar de que el ex mandatario Donald Trump llamó a votar por el aspirante y a poner fin a las divisiones en las filas del partido.
La bancada de oposición en la Cámara de Representantes de Estados Unidos sufrió un segundo día de división ayer, cuando un grupo del ala más radical se negó por sexta vez a respaldar la candidatura de McCarthy para liderar la cámara.
Los antagonismos internos en la ajustada mayoría republicana persistieron y tras seis votaciones sin éxito desde el martes, los congresistas acordaron suspender las sesiones hasta el mediodía de hoy, hora local.
Pese a todo, McCarthy no se dio por vencido, aun después de que la cuarta, quinta y sexta votaciones no produjeron un mejor resultado y se quedó intentando cancelar una sesión nocturna. Incluso eso fue controvertido, ya que la Cámara votó 216-214 –entre gritos y tumultos– en favor de levantar la sesión hasta el siguiente día.
“Todavía no hay acuerdo”, dijo McCarthy poco antes de salir de una larga reunión a puerta cerrada con aliados y opositores de su propio partido. “Pero se ha avanzado mucho”.
Sin embargo, ningún progreso fue evidente durante el día, en el que los republicanos trataron de elevar a McCarthy a la presidencia de la legislatura. Las votaciones arrojaban casi el mismo resultado, 20 conservadores que seguían negándose a apoyarlo y que le dejaban muy lejos de los 218 votos que suelen necesitarse para ser nombrado presidente de la Cámara de Representantes.
De hecho, su apoyo se redujo a 201, ya que un compañero republicano pasó a votar simplemente de presente.
“Es hora de que todos nuestros grandes miembros republicanos voten por Kevin”, expresó Trump momentos antes de las votaciones, en un raro apoyo público para el candidato. Joe Biden afirmó que la dificultad de los republicanos en esta elección es “vergonzosa”, y agregó que “el resto del mundo” observa de cerca la situación.
Luego de seis votaciones, McCarthy no ha logrado convertirse en el sucesor de la demócrata Nancy Pelosi. Foto Ap.
Pese a que no existe un rival de peso para ocupar el lugar de la actual líder de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, unos 20 congresistas ultraconservadores republicanos – considerados afines a Trump–, han bloqueado su elección al negarle los votos que requiere para lograr los 218 que necesita para obtener el puesto.
El presidente de la Cámara Baja es el tercer cargo más importante de la política estadunidense después de la presidencia y la vicepresidencia, y su elección requiere de una mayoría de 218 votos, pero McCarthy no ha pasado de 203.
Esta situación, sin precedente en los últimos 100 años, paraliza a la institución. Sin presidente de la Cámara, los congresistas no pueden prestar juramento y, por tanto, aprobar ningún proyecto de ley.
El reducido, pero intransigente, grupo republicano que insiste en bloquear la elección quiere aprovechar que el partido logró una marginal mayoría en la Cámara de Representantes en las elecciones de mitad de mandato de noviembre pasado para imponer sus condiciones, las cuales incluyen, por ejemplo, ordenar una investigación sobre la gestión de Biden de la pandemia.
McCarthy ha accedido a muchas de las peticiones del grupo, pero éste sigue sin darle su apoyo.
En su red social Truth, el ex presidente pidió al partido: “Es hora de que todos nuestros grandes miembros republicanos de la Cámara voten por Kevin” porque “hará un buen trabajo, y tal vez incluso un gran trabajo”.
No hay rivales para McCarthy, excepto el del jefe del grupo republicano, Steve Scalise, pero por el momento sin muchas posibilidades. Los demócratas están unidos en torno a la candidatura de su correligionario Hakeem Jeffries, quien tampoco tiene suficientes votos para ser elegido.
Se seguirá votando hasta que salga un presidente, algo que puede tardar horas, o semanas, como ocurrió en 1856, cuando se necesitaron dos meses y 133 vueltas.
AFP y Ap
Fuente: La Jornada