A 19 días de entregar la banda presidencial, el próximo 1 de octubre, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya anhela su retiro. “Ya quedan días”, planteó en la mañanera en Palacio Nacional.
“Ya estoy gozando de que me voy a jubilar, así como trabajadores, maestros, cualquier trabajador, ya está contando los días de que ya. Estoy acostumbrado a levantarme muy temprano, a ver cómo le hago para desacostumbrarme, poco a poco”.
Para irse adaptando al retiro de la vida política, el mandatario señaló que ya diseñó una rutina. Y es que, dijo, se ha probado que cuando algunas personas se jubilan, se dejan, se deprimen y no resisten.
“Ya tengo definida mi rutina, mis ejercicios, mi trabajo de escritura, de lectura, de estar recorriendo en la quinta (en Palenque, Chiapas), las plantas, estar viendo cómo va creciendo la ceiba o las ceibas, porque tengo como 30 ceibas”.
Recordó que éste es el árbol sagrado de los mayas que significa la fertilidad del suelo y el sostén del cielo. Y hoy en día es el árbol nacional de Guatemala.
En su quinta, llamada La Chingada, el jefe del Ejecutivo comentó que también tiene palmas reales, guayacanes, maculís, flamboyanes e, entre otros.
“Entonces voy a tener tiempo para ver los árboles. Y luego los pájaros, hay un poema de Neruda sobre los pájaros que es bellísimo, donde hace la descripción de todos los pájaros, es pajarero”.
A su propiedad en Palenque, debido a la cercanía de la selva, también “a veces llegan saraguatos, familias; y vuelan guacamayas que eso también es una belleza”.
Y por supuesto, comentó, el deporte de sus pasiones no podría estar fuera, dedicará parte de su tiempo a ver partidos de beisbol.
“Y ya no hablar de política, ya no, nada más desear que todo vaya muy bien, porque México y su pueblo merecen un mejor destino”.
Emir Olivares y Alonso Urrutia
Fuente: La Jornada