¿Ahora quiénes serán los culpables?

No sé si cada día estamos peor, pero estamos igual de mal que antes de iniciar el actual sexenio.

Qué bonito es ese sentimiento nacionalista que invade a muchos mexicanos cada vez que se habla de los gringos, sobre todo cuando opinan de temas de nuestro país. Así ocurrió la semana pasada, cuando un grupo de legisladores republicanos se atrevió a sugerir que los cárteles de la droga fueran tratados como terroristas, lo que les daría la “autorización” para intervenir militarmente en la frontera con México con la finalidad de garantizar su seguridad.

Esto ocurrió después de que cuatro ciudadanos norteamericanos fueran secuestrados en Tamaulipas; al poco tiempo se supo que dos de ellos fueron asesinados a sangre fría, así lo demuestran los videos del ataque que se viralizaron. No es raro que en nuestro país se den los asesinatos, de hecho, la violencia es ya una práctica generalizada en gran parte del territorio nacional, las palabras secuestro, tortura, desaparecidos y muerte, son el pan de cada día.

La diferencia es que en esta ocasión se trató de ciudadanos del país más poderoso del mundo, a los que su gobierno protege más allá de sus fronteras; esa es la política del gobierno norteamericano, hacer sentir su peso cuando sus intereses o sus connacionales están siendo vulnerados en otra región del mundo. El gobierno mexicano que es tan celoso de su soberanía no tardó en aceptar que agencias estadounidenses intervinieran en la búsqueda.

A diferencia de la gran mayoría de las veces, se logró ubicar a los secuestrados algunos días después de los hechos, y lo que es más impresionante, también fueron entregados los presuntos responsables amordazados, con un mensaje que delataba su culpabilidad y que al mismo tiempo servía como una disculpa pública por el grave error cometido. Una de dos; el crimen organizado tiene un alto sentido de responsabilidad, o alguien les pidió tratar de recomponer la situación.

Para los mal pensados, esa petición tuvo que salir de algún integrante del gobierno para tratar de calmar el conflicto internacional. De ser cierto, sería lamentable confirmar dos cosas; la famosa existencia de un pacto entre autoridades y criminales en torno al negocio de las drogas, y que la vida de un ciudadano mexicano en nuestro propio país, vale menos que la de un norteamericano.

A pesar de todo, para los alineados con el discurso simplón de la orgullosa soberanía nacional, los culpables son los gringos, y no es que se trate de justificar las declaraciones de los congresistas republicanos, sino de ponerlas en su justa dimensión. Es importante responder, pero es más urgente entender que la violencia ha sobrepasado los límites que la estrategia de seguridad es un fracaso y que los culpables de nuestros problemas somos nosotros. En particular, los gobernantes actuales, no los pasados ni los futuros, si no los que toman las decisiones en estos momentos, han sido incapaces de solucionar el enorme problema de la violencia en nuestro país. No sé si cada día estamos peor, pero por lo menos estamos igual de mal que antes de iniciar el actual sexenio. Es inaceptable que se sigan buscando culpables donde no los hay, y seguir luchando contra enemigos imaginarios.

HÉCTOR SERRANO AZAMAR

Fuente: El Heraldo de México