La administración de la 4T, rebasada por los niveles de inseguridad, carece de una estrategia antiterrorista y se niega a reconocer que esto representa un problema, advierte David Saucedo.
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa han extremado la violencia en Chihuahua, Jalisco y Guanajuato mediante el uso intensivo de tácticas de narcoterrorismo.
La ola de ejecuciones, narcobloqueos e incendios desatada esta semana en distintos puntos del país refleja una concatenación de eventos que apuntan a dos tipos de narcoterrorismo.
El primero de estos y, el más radical, ocurrió en Ciudad Juárez en donde integrantes de Los Mexicles tomaron la decisión de atacar directamente a la población civil mediante el asesinato de nueve inocentes. Esto presuntamente en respuesta al homicidio de dos de sus miembros, en el Centro de Reinserción Social 3, a cargo del grupo identificado como Los Chapos.
El acribillamiento de un niño de cuatro años, una mujer embarazada, un adolescente, cuatro trabajadores de MegaRadio y otras dos civiles en calles de la ciudad fronteriza evidencia un tipo narcoterrorismo de alto nivel, alertó David Saucedo, especialista en Seguridad Pública.
Al referirse a los hechos, el presidente evitó utilizar la palabra narcoterrorismo, porque pondría en tela de juicio la estrategia de seguridad que tanto ha defendido a capa y espada.
“Esto es algo que no se había presentado y ojalá no se repita, porque se agredió a la población civil, inocente, como una especie de represalia. No fue solo el enfrentamiento entre dos grupos, sino que llegó un momento en que empezaron a disparar a civiles. Esto es lo más lamentable de este asunto”, refirió el mandatario en conferencia matutina.
Los eventos en la zona norte del país se suscitaron apenas tres días después de una serie de narcobloqueos e incendios en Jalisco y Guanajuato, en donde integrantes del CJNG tomaron el control de las calles en respuesta a un operativo del Ejército Mexicano que tenía el objetivo de capturar a perfiles alto rango de esta organización criminal, entre ellos Ricardo Ruiz Velazco, ‘El Doble R’.
“Ellos realizaron narcobloqueos y atacaron tiendas Oxxo procurando no generar bajas civiles, pero de todos modos se trata de actos de narcoterrorismo”, comentó David Saucedo en entrevista con El Financiero.
“Estas estrategias las podrían estar implementando los cárteles debido a que el Gobierno Federal está abandonando su estrategia de ‘abrazos, no balazos’. Lo está haciendo de manera silenciosa, lanzar órdenes de captura en contra de integrantes de alto perfil del CJNG significa romper con una máxima que el propio presidente había marcado en contra de narcotraficantes de alto nivel. Si el Gobierno Federal sigue con esta estrategia, entonces los cárteles contestarán con narcoterrorismo”, advirtió el especialista.
Expertos identifican en México tres expresiones de narcoterrorismo. La primera directamente vinculada con la lucha entre cárteles por la disputa territorial de rutas de trasiego y de mercado de consumo de drogas; la segunda está relacionada con la política cuando las autoridades implementan estrategias para reducir o eliminar el control territorial y de alguna organización criminal; y la tercera es una combinación de ambas toda vez que los cárteles operan bajo la protección de autoridades.
Actos de violencia extrema que buscan atemorizar tanto a la sociedad civil, como a servidores públicos de los tres niveles de gobierno, son el pan del diario en México: ejecuciones con tiro de gracia, decapitaciones con exhibición pública, disolución de cadáveres en contenedores de ácido, cuerpos colgados en puentes vehiculares; emboscadas y ejecución de policías y militares, secuestro de familiares de autoridades de gobierno; atentados contra gobernadores, alcaldes, militares y servidores públicos federales y amenazas contra medios de comunicación locales y asesinatos de periodistas.
AMLO no quiere reconocer que hay narcoterrorismo
El presidente López Obrador se niega a reconocer que bajo su gobierno exista esta modalidad de cooperación estratégica entre mafias del narco y grupos armados terroristas.
“Porque el Gobierno Federal carece de una estrategia antiterrorista. No existe una sola división de combate al terrorismo, no hay presupuesto antiterrorista, no hay personal capacitado, no hay estrategias políticas, no hay diseño institucional. El Gobierno Federal se ha empecinado en no llamar terrorismo en lo que ha todas luces es terrorismo”.
Desde el inicio del sexenio de AMLO, en 2018, hasta mayo de este año, se registraron 121 mil 655 asesinatos, lo que equivale a un promedio de 2 mil 896 personas asesinadas cada mes, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
“El presidente no quiere aceptar que hay narcoterrorismo porque tiene temor que salga en los titulares en las primeras planas, en la opinión pública nacional e internacional, teme el señalamiento de que bajo su gobierno hay actos de narcoterrorismo. Este es un problema de imagen y hay que sacrificar la imagen por la seguridad”, apuntó David Saucedo.
Tania Aguilar
Fuente: El Financiero