Hoy recordamos los detalles del caso, donde el michoacano terminó sentenciado a 45 años de prisión por el homicidio del candidato presidencial
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) recomendó ayer a la Fiscalía General de la República (FGR) realizar una nueva investigación del caso de Mario Aburto, asesino que fue declarado culpable del asesinato de Luis Donaldo Colosio en 1994.
La CNDH señaló violaciones a la integridad personal y trato digno, por actos de tortura e incomunicación, así como al debido proceso.
Es por lo anterior que hoy recordamos los detalles del caso de Aburto, donde un obrero terminó sentenciando por el homicidio del candidato presidencial.
¿Quién es Mario Aburto Martínez?
Mario Aburto Martínez nació el 3 de octubre de 1970 en La Rinconada, un pueblo al norte de Zamora, Michoacán. Es hijo de Rubén Aburto Cortés y María Luisa Martínez Piñones y fue el segundo de seis hermanos.
Su familia cuenta que era buen estudiante, tanto en la primaria como en la secundaria sacaba buenas calificaciones, incluso dicen que quería estudiar economía en la universidad pero al parecer la vida le tenía un destino muy diferente.
Al crecer, Aburto tuvo múltiples trabajos, donde terminó como obrero, sin embargo, sus compañeros llegaron a revelar que era despedido de sus empleos por siempre quería organizar a los trabajadores para que exigieran mejores salarios y prestaciones.
De acuerdo con un cuaderno, propiedad de Aburto y que la PGR recolectó como evidencia, el joven era un idealista con pensamientos socialistas que buscaba un cambio en el que la violencia era necesaria para llegar a la paz.
Aburto se convierte en magnicida
Fue el 23 de marzo de 1994, en el barrio de Lomas Taurinas en Tijuana, Baja California, donde al terminar un mitin político Luis Donaldo Colosio, en medio de una muchedumbre, recibió un tiro en la cabeza, bala que fue disparada por Aburto de una pistola Taurus .38, que según las autoridades, había comprado en Estados Unidos
Ese día el futuro de Aburto se había escrito y pasaría a la historia como el magnicida que terminaría con las esperanzas de aquellos mexicanos que habían encontrado en Colosio, un candidato que merecía llegar a la presidencia.
Sentencia de Mario Aburto
Mario Aburto fue juzgado el 25 de marzo de 1994 los delitos de homicidio calificado, con premeditación, ventaja y alevosía; así como por el ilícito de portación de arma de fuego sin licencia.
Posteriormente fue sentenciado el 5 de octubre de 2004 a 48 años de prisión, sin embargo, luego de promover varios amparos, el 16 de diciembre de 2004 un tribunal con sede en Toluca, Estado de México, redujo su sentencia a 45 años de prisión.
Purgaba condena en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 6 “Sureste” del municipio de Huimanguillo, Tabasco pero tras su cierre fue trasladado al penal de Ocampo en Guanajuato.
Conspiraciones sobre el asesino de Colosio
Dadas las circunstancias en las que se dio el homicidio y los procesos posteriores por parte de las autoridades, donde se habla que Aburto terminó confesando el crimen a base torturas, las teorías de conspiración no se han hecho esperar.
Hay quienes sostienen que solo fue un chivo expiatorio mientras que otros señalan que Aburto Martínez fue sustituido por otra persona, dadas ciertas diferencias entre el Mario Aburto detenido en Lomas Taurinas y el Aburto preso en Almoloya, como la estatura y sus rasgos físicos.
Cuando fue remitido a prisión, el 23 de marzo, se especificó que la estatura era de 1.64 metros pero el perfil de la PGR decía que medía 1.70 metros.
Otras versiones dicen que Manuel Camacho Solís, antiguo miembro del PRI y uno de los más cercanos colaboradores de Carlos Salinas de Gortari, fue en realidad el autor intelectual del hecho, mientras que otra teoría señala que fue el mismo Gortari, quien mandó matar al candidato.
Lo cierto es que hasta la fecha, Mario Aburto es el único sentenciado por el homicidio de Luis Donaldo Colosio y que como muchas historias en México, su caso sigue siendo un tema de cuestionamientos, dudas y preguntas que tal vez nunca tengan respuesta.
Fernanda Avila
Fuente: El sol de México