Alvaro Aragón Ayala
Caracterizado por el autoritarismo, el gobierno municipal de Choix entró en una crisis de gobernabilidad y de caos administrativo, adelantando, además, el proceso sucesorio del 2024 con un anticipado candidato advenedizo de Morena, Othón Osuna Soto, secretario del ayuntamiento que promueve su proyecto con los recursos municipales y los programas federales.
La alcaldesa Amalia Gastélum Barraza, a quien Othón Osuna le roba las cámaras publicitarias y propagandísticas y le corrige la palabra en los eventos públicos, tuteló los modos y formas de gobernar del PRI, traicionando los postulados de la Cuarta Transformación. En Choix, el añorado cambio es de reversa.
En confabulación con los grupos delictivos que mantiene ramificaciones ad hoc en el ayuntamiento choixeño, Amalia Gastélum impone el terror entre la población civil y amenaza con sacar de los programas del Bienestar y Sembrando Vida a quien no se someta a sus caprichos o no “militen” en Morena, aunque de antemano todo mundo sabe que por sus venas corre sangre priista.
En ese ambiente, Othón Osuna usa su “mano izquierda” en la construcción de su propio proyecto dando a entender que es la presidenta municipal la que no sabe gobernar ni dar un trato humano a la sociedad y que mucho menos tiene capacidad para administrar el ayuntamiento que arrastra pasivos a corto plazo que colocan a la comuna en riesgo de una quiebra técnica. Hasta ahora la “obra” de la alcaldesa se distingue solo por el discurso mentiroso, el raspado de calles y la limpieza de solares baldíos, no más.
Para llevar la fiesta en paz, el gobierno de Amalia Gastélum transó con los grupos delictivos serranos, los cuales se hacen responsables de mantener una “pax narca” en el municipio y de eliminar olímpicamente los “obstáculos” de sus negocios. Las entradas y salidas de Choix son controladas por gente armada que impide el libre tránsito, el acceso y la retirada de la jurisdicción.
La alcaldesa es acusada de no realizar ninguna obra y de mantener a los sectores marginados en el apartheid, como si se tratara de una clase social apestada. La deteriorada imagen de Amalia Gastélum es sostenida por los hilos de los programas federales del Bienestar y Sembrando Vida, del que se apropiado políticamente en contubernio con el coordinador territorial del programa Rodolfo Valenzuela Sánchez.
En 5 meses y 9 días, la radiografía de la “administración” de Choix es la viva imagen de un gobierno fallido, que no atiende las necesidades de la población, que acordó con los poderes fácticos, que conduce a la bancarrota el ayuntamiento y que politiza los programas federales del presidente Andrés Manuel López Obrador para aparentar que hace algo sin hacer nada. Con la llegada de Amalia Gastélum al poder municipal, la percepción de la sociedad es que “salió peor el remedio que la enfermedad”.