Reclaman dichos del líder tricolor en San Lázaro sobre reformas del sexenio pasado.
El 15 de junio, Rubén Moreira, coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, durante la asamblea de su partido, declaró: “La culpa de lo que pasa hoy en el PRI es de las reformas, como la energética y la educativa. Es de quienes hicieron alianzas por debajo de la mesa en detrimento del partido”.
Estos dichos han causado malestar entre un grupo nutrido de legisladores del PRI, ya que consideran una “gran incongruencia” que, mientras Moreira fue gobernador de Coahuila, alababa a Peña Nieto, pero hoy, ante los malos resultados de su partido, lo quiere culpar.
Un diputado del PRI, que pidió mantener el anonimato por temor a las posibles represalias de su coordinador, dijo a este diario: “Moreira es tan traidor que, más que traicionar a Peña Nieto, se traiciona a sí mismo”. El legislador agregó: “Ojalá que Alito (Alejandro Moreno, líder nacional del PRI) ya se haya dado cuenta de quién es Moreira. No debe dudar que el primero en clavarle un puñal por la espalda será Rubén, como lo hizo con su propio hermano”.
A partir de los comentarios, este diario se dio a la tarea de indagar las expresiones de Moreira sobre el gobierno de Peña Nieto. Se pudo constatar que, como le reclaman los legisladores de su partido, antes expresaba un apoyo incondicional, casi zalamero, al expresidente.
Por ejemplo, el 26 de marzo de 2013, en la conmemoración del centenario del Plan de Guadalupe, Moreira elogió a rabiar las reformas educativa, energética y de telecomunicaciones de Peña Nieto. No sólo eso, incluso comparó el Pacto por México con el Plan de Guadalupe.
Entre muchas otras cosas, esa tarde, Moreira lanzó estas alabanzas a Peña Nieto: “Usted, señor presidente, ha escogido el camino de los hechos; nos entusiasma su decisión renovadora para transformar, a la luz de la ciencia y la tecnología, el sector energético y liberar una riqueza que se encuentra aprisionado bajo nuestras tierras y nuestras aguas. Llegó la hora de preguntarnos: ¿vale la pena acumular tanta riqueza en el subsuelo y tanta miseria en la superficie?”.
Después llegaron las adulaciones por la reforma educativa: “Educar es trabajar. Nuestro futuro no puede estar, de manera alguna, enajenado a los principios de un sector, corresponde exclusivamente al Estado la rectoría de la educación. Felicitamos, señor presidente, su iniciativa educativa. Con usted, México va a ser más fuerte y más grande”.
Un año después, el 13 de agosto de 2014, en un evento en Saltillo con los docentes que habían ganado sus plazas por concurso, expresó que la reforma educativa de Enrique Peña Nieto “era un hecho de justicia histórica con el magisterio”.
Hoy pareciera que esos juicios del exgobernador de Coahuila quedaron en el olvido.
Fuente: El Financiero