El burro hablando de… choros

Este año son las elecciones para rector de la máxima casa de estudios de nuestro país y a estas alturas ya debió quedar claro que López Obrador intenta domar la autonomía universitaria.

No nos confundamos. Aquí el único que se avienta a diario sus choros mareadores es el inquilino de Palacio (mismos que replican algunos de sus seguidores). Ahora bien, tampoco debemos confundirnos y caer en ellos. Así, aquí la que debe explicar su plagio y los delitos realizados de forma posterior para ocultarlo —de preferencia sin choros mareadores—, es la aún ministra Yasmín Esquivel. Ella es la única que no afronta y sí evade su responsabilidad —por lo pronto de corte ético y cívico—.

Todo esto viene al cuento porque López Obrador acusó al rector de la UNAM, Enrique Graue, de aventarse un “choro mareador” hace una semana. Luego, los propagandistas del gobierno “utilizaron los recursos públicos”(diría la esposa del presidente AMLO), incluyendo la TV pública, para ir en contra de la máxima autoridad de la UNAM. ¿El objetivo ulterior? Debilitar a la institución.

Podrá uno estar o no de acuerdo con la rectoría de la UNAM respecto a la manera que ha decidido proceder en el caso en comento —yo ya externé mi parecer en otras entregas—. Lo que ciertamente no es tolerable es tener a AMLO metiéndose en el asunto y de paso insultando a las autoridades universitarias.

Y no es que peque de ingenua, sino que se debe cuestionar públicamente al primer mandatario por la manera que ha hecho de la agresión verbal, de la calumnia y de la mentira, su única forma de comunicarse con la gente. Tal vez la ingente necesidad de decir mentiras, medias verdades, falsedades y aseveraciones que no se pueden comprobar (sumando más de 101,000 en cuatro años de mañaneras; SPIN Taller de Comunicación Política) hace pensar a quien las dice, esto es, a Andrés Manuel, que las demás personas manejan el mismo nivel mareador…

Este año son las elecciones para rector de la máxima casa de estudios de nuestro país y a estas alturas ya debió quedar claro que López Obrador intenta domar la autonomía universitaria. Pasársela por el “arco del triunfo”, como se pasa todo lo que tiene que ver con división de poderes, la universalidad de pensamiento y los límites de sus atribuciones como jefe de Ejecutivo federal Hagamos una recapitulación, entonces, de lo que sí es real y debe quedar claro:

a) La UNAM si encontró que hubo un plagio; plagio que afecta a toda la UNAM.

b) El plagio encontrado está siendo tratado conforme a lo que se ha concluido de la interpretación de la legislación universitaria por parte de las autoridades de la UNAM.

c) La UNAM abrió un espacio para que Yasmín Esquivel se presente ante el Comité Universitario de Ética de la institución, exponga sus alegatos y defienda su dicho. Hasta ahora, no se tiene respuesta de la ministra.

El rector, Dr. Enrique Graue Wiechers, está actuando conforme a los tiempos que ha establecido la UNAM, no la política y menos aún la agenda del presidente AMLO.

Desde la óptica del Rector— que, en todo caso, es la única que cuenta— él está velando por la normatividad y la autonomía de la UNAM. Mientras tanto, los que usan los choros mareadores se encuentran fuera de rectoría y de la UNAM.

Una se aferra a su silla en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ayudada —entre otros— por la fiscal de la CDMX Ernestina Godoy; en cuanto al otro, ya me referí ampliamente a él, diciendo que ha hecho de su gobierno un choro mareador.

VERÓNICA MALO GUZMÁN

Fuente: El Heraldo de México