Calderón mostró durante sus 6 años de (des)gobierno un respaldo inaudito de un presidente a un secretario, a pesar de todos los señalamientos en su contra.
El juicio contra Genaro García Luna en una corte federal de Nueva York está por comenzar y, con él se genera expectación en la opinión pública mexicana ante la posible revelación de información sobre el tráfico de drogas en territorio nacional, pero particularmente sobre colusión de autoridades mexicanas con el crimen organizado.
García Luna es un oscuro personaje que tuvo auge en las áreas de seguridad durante los gobiernos panistas, primero con Vicente Fox en el CISEN, después en la PFP, la Policía Judicial Federal y la AFI, hasta ser designado Secretario de Seguridad Pública desde el inicio de la administración de Felipe Calderón.
García Luna tuvo durante su gestión como Secretario de Seguridad Pública un respaldo absoluto de Calderón, quien lo mantuvo firme en el cargo hasta el final de su sexenio a pesar de los múltiples señalamientos de colusión con la delincuencia organizada, así como de sus reiteradas violaciones a la Constitución, a las leyes y a los derechos humanos, como fue el caso de los ya desde entonces evidenciados montajes televisivos de detenciones (el más célebre, mas no el único, el de Florence Cassez con la complicidad de Loret de Mola), de las confesiones ante cámaras televisivas de presuntos delincuentes sin presencia de abogado defensor ni del Ministerio Público, e incluso a pesar de sus reiteradas confrontaciones con otros miembros del gabinete.
Calderón mostró durante sus 6 años de (des)gobierno un respaldo inaudito de un presidente a un secretario, a pesar de todos los señalamientos en su contra.
Por eso, es poco creíble que tras la detención de García Luna, Felipe el Oscuro (parafraseando a Olga Wornat) haya alegado que no tenía conocimiento de las actividades y nexos de García Luna y quizá por eso estos días mantiene un perfil bajo en redes sociales cuando suele ser tan cínico y lengua larga.
Es inevitable voltear a ver a Calderón en este asunto y por eso ya son varios los analistas que apuntan hacia los escenarios para él. Lo cierto es que, independientemente del resultado del juicio, Felipe carga con la responsabilidad de haber mantenido como Secretario de Seguridad a un delincuente; si lo sabía fue cómplice y debe ser encarcelado, si no lo sabía entonces se demostraría que era un incompetente para ejercer la presidencia de la República, o que de plano no tomaba decisiones en sus 5 sentidos. En todo caso, Felipe tiene las manos sucias.
Al momento de escribir estas líneas se reporta que aún no concluye la selección de quienes integrarán el jurado, por lo que se prevé que el juicio inicie el próximo lunes. El asunto no es menor si consideramos que ya en agosto del año pasado se dio a conocer que García Luna pretendía mandar asesinar e intimidar testigos de su juicio.
Tal es el nivel de ese delincuente que manejó las áreas de seguridad en los gobiernos del PAN. Ese PAN que hoy pretende ostentarse como un partido con ética y moral; ese PAN que habla de seguridad cuando tiene a estados como Tamaulipas y Guanajuato en los peores índices de violencia e inseguridad; ese PAN que tuvo a García Luna enquistado y encumbrado en las áreas de seguridad del país.
BENJAMÍN ROBLES MONTOYA.
Fuente: El Heraldo de México