El Zócalo de la Ciudad de México es uno de los espacios más emblemáticos de todo el país.
El Zócalo de la Ciudad de México es uno de los espacios más emblemáticos de todo el país. Todos los días, miles de turistas pueden apreciar la mezcla de diferentes periodos de la historia y sus discursos concentrados en esa área. Ciertamente, un recorrido revela las tensiones que aún persisten desde hace tiempo e invita a quien se atreva a imaginarlo históricamente, a pensarlo a partir de las apropiaciones y reapropiaciones de los lugares que comparten diferentes personas.
Actualmente, el Zócalo se ha convertido en un espacio a merced del sol, por lo que varios critican la falta de áreas verdes. Algunos incluso han propuesto el retorno a la antigua configuración (elaborada a finales del siglo XIX) que contaba con jardines y fuentes.
Hay una gran cantidad de fotografías y pinturas que representan cómo se veía en ese entonces. Con el paso del siglo XX, el Zócalo fue sufriendo modificaciones hasta que, en los años cincuenta, se retiraron los jardines para dejar la plancha de concreto que vemos actualmente. A la fecha los cambios siguen afectando ese espacio, pues recientemente se quitaron las calles de tránsito para hacerlo peatonal, aumentando la seguridad para los peatones.
Como ya se mencionó, el Zócalo es un espacio de tensiones, tanto históricas como actuales, por causas justas e injustas. Lo político busca en esa plaza hacer valer sus discursos y demandas. ¿Cuántas manifestaciones no terminan frente a Palacio Nacional?
Cualquier acto de la sociedad que se sitúe en la plancha de concreto lo vuelve suyo, lo convierte en una asamblea para que sean escuchadas sus inquietudes y lo reconfigura en un campo de batalla. La política no es ajena a estas prácticas; es también su espacio de legitimación.
Ahora existe una gran preocupación por el medioambiente. Contingencia tras contingencia ambiental nos recuerda que la ciudad ya no puede respirar. Es en este contexto que surge el ideal de retornar a aquellos jardines y fuentes que alguna vez adornaron el ombligo de la ciudad. ¿Sería esta una solución real a los problemas ambientales que aquejan a la metrópoli?
El Zócalo, como espacio de demandas, se convierte en el escenario donde se proyectan las aspiraciones y preocupaciones de la sociedad. En este momento, la urgencia por un aire más limpio y por un entorno más verde se hace patente en las voces que claman por un cambio en la configuración de la plaza. Claro, es uno de los cientos de usos políticos por parte de la sociedad y cabe recalcar que tal exigencia es un acto político en sí mismo.
IGNACIO ANAYA
Fuente: El Heraldo de México