En el lugar, el Kremlin mantiene cautivos a los sospechosos de participar en actos terroristas.
Vladimir Putin volvió a ser cuestionado por sus opositores tras la repentina muerte de Alexei Navalny, uno de sus principales críticos quien estaba encarcelado en la prisión de Lefortovo con sede en Moscú, la cárcel es conocida como un lugar de tortura ubicado en el fin del mundo en la que Stalin utilizó con el mismo propósito.
El sitio también es conocido como la prisión del Lobo Ártico, la cual es la cárcel más segura de Rusia instalada en las inmediaciones de la capital rusa, según información del Daily Star. Dentro de sus paredes el Kremlin mantiene a sospechosos de participar en actos terroristas, así como señalados de ser espías y exfuncionarios de alto nivel.
La historia Lefortovo como una cárcel de tortura
Lefortovo fue inaugurada en 1881 y durante la década de 1930 fue usada por Stalin para llevar a cabo ejecuciones masivas en las extensas instalaciones, y de acuerdo con reportes de la época retomadas por el diario, los cuerpos torturados eran abandonados en las alcantarillas.
La prisión del Lobo Ártico sigue en operación, ahí son enviados además las personas extranjeras que son acusadas de espionaje. Como primer escarmiento al que se enfrentan es a pasar 10 días en una celda estrecha que está aislada y sufre el intenso frío de la zona ártica. Las camas están hechas con hierro y solo tiene encima un colchón delgado.
La idea es quebrantar su estado psicológico, al respecto, la periodista rusa e integrante de la Comisión de Vigilancia Pública de Moscú, Zoya Svetova, dijo al Daily Beast: “Este período es una especie de momento humillante para ‘cocinarlos’. La gente se siente desnuda, sin pertenencias privadas”, dijo y agregó:
“Ninguna otra prisión en Moscú recibe un trato más hostil durante el período de cuarentena que Lefortovo. Una vez conocimos a un ciudadano turco en esa parte de la prisión para reclusos extranjeros. Logró conseguir un gorro de piel y lo usaba constantemente. Estaba helado”, señaló Svetova.
Los presos se enfrentan a duchas heladas ya que no hay agua caliente y solo lo hacen una sola vez a la semana, asimismo los reclusos permanecen incomunicados sin la posibilidad de tener llamadas telefónicas, solo es vía carta que primero son leídas por el personal penitenciario de Lefortovo, según refirió la periodista independiente Elena Masyuk.
Las celdas están diseñadas en espacios de 8 metros cuadrados y en varias ocasiones son ingresados dos presos en una. Los muros de la prisión están llenos con alambres de púas y cada vez que salen los presos a caminar en el patio no pueden hablar entre ellos ya que los carceleros ponen música a todos volumen para evitar la comunicación según The Washington Post.
Rodrigo Mendoza González
Fuente: El Heraldo de México