La nave de unos 700 millones de dólares está a nombre de un magnate ruso, aunque varias fuentes señalan al presidente ruso como el verdadero propietario
El ministro de Economía de Italia, Daniele Franco, firmó este viernes la incautación el yate de lujo ‘Scheherazade’, encallado en la ciudad costera de Marina di Carrara, y cuya titularidad pertenece al oligarca ruso Eduard Judaynatov, ex presidente de Rosneft, una petrolífera propiedad del Kremlin.
Tal y como ha informado la agencia de noticias Ansa, los periodistas del equipo del opositor ruso Alexei Navalni aseguran que el yate pertenece al presidente ruso, Vladimir Putin, aunque formalmente se ha atribuido a Judaynatov, quien no figura en la lista de la UE de oligarcas sujetos a sanciones.
“A propuesta del Comité de Seguridad Financiera (FSC), el ministro de Economía y Finanzas, Daniele Franco, adoptó el decreto de congelamiento del barco ‘Scheherazade’”, según han expresado en un comunicado el Ministerio de Finanzas, en el que informó que el FSC propuso a Judaynatov para la lista de sancionados.
Asimismo, el Ministerio de Finanzas italiano detalló que las investigaciones realizadas por la Guardia di Finanza, parecida a la Guardia Civil de España, “destacaron la presencia de importantes vínculos económicos y comerciales del beneficiario final” del barco con “elementos del Gobierno ruso”.
La nave de unos 700 millones de dólares está a nombre de un magnate ruso, aunque varias investigaciones han señalado al presidente ruso como el verdadero propietario
Según el comunicado, el yate enarbola la bandera de Islas Caimán y se encuentra actualmente amarrado en la ciudad costera de Marina di Carrara, en la costa toscana. El barco había estado bajo la atención de las autoridades durante “mucho tiempo”.
Además, fue objeto de trabajos de mantenimiento y modernización desde el pasado mes de septiembre por un coste de unos seis millones de euros, por lo que se esperaba inicialmente que estuviera listo para navegar a mediados de junio, según Ansa.
Se dice que está equipado con un ‘spa’, una piscina, dos helipuertos, una chimenea de leña y una mesa de billar diseñada para inclinarse para reducir el impacto de las olas, según recoge la citada agencia de noticias.
Los miembros de la tripulación del yate de lujo, de unos 700 millones de dólares, abandonaron abruptamente sus puestos de trabajo y la ciudad costera de la Toscana a finales del mes de marzo en la que se estaba reparando en medio del escrutinio de la embarcación, según afirmaron los líderes sindicales y los trabajadores locales.
Los miembros de la tripulación habían estado fijos en el pequeño puerto de Marina di Carrara desde el otoño de 2020, cuando el yate de 459 pies de largo, Scheherazade, llegó a un dique seco menos de cuatro meses después de ser construido.
(Con información de Europa Press)
Fuente: Infobae