Los crímenes de odio contra los hispanos subieron 2.8%, de 2021 a 2022. El número podría ser mayor porque la Policía no rastrea su información étnica.
El 5 de julio de 1851, una mujer llamada Josefa Segovia fue colgada luego de un juicio en el pueblo de Downieville, California, por haber asesinado a Frederick Cannon, un minero blanco que había entrado a la fuerza en su casa, borracho según algunas versiones y trató de forzarla, dijeron otras.
Las versiones de las razones para forzar su entrada son divergentes, pero muchos sospechan aún que si Josefa, o Juanita como le pusieron los periódicos de la época, hubiera sido anglosajona, habría sido tratada de forma muy distinta.
Sin embargo, esa es la historia racial de Estados Unidos, donde a pesar de considerables esfuerzos, los crímenes de odio prosiguen y de hecho, los latinos, sean migrantes o nacidos en ese país, pagan un precio por su creciente visibilidad: los ataques en su contra han aumentado durante los últimos años y nuevos datos sugieren que la tendencia continúa, aunque a un ritmo significativamente más lento.
La violencia contra los hispanos, particularmente de origen mexicano, es parte del panorama de EU desde que se posesionaron de los ahora estados de Texas, California, Nuevo México, Arizona, Colorado y Nevada.
Actualmente, parte de la visibilidad de su creciente importancia política, parte por la redoblada retórica republicana sobre migración y los temores de la derecha sobre lo que hace rato llaman “la reconquista”, o el “reemplazo” de la población blanca.
El hecho es que los hispanos, o latinos, son ahora unos 65 millones de personas, 60 por ciento de ellos de origen mexicano, incluso unos 11 millones de nacidos en México.
En ese marco, los crímenes de odio contra los latinos aumentaron 2.8 por ciento de 2021 a 2022, según el Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo de la Universidad Estatal de California, San Bernardino. La misma fuente, citada por la cadena de televisión Telemundo, precisó que se elevaron 41 por ciento entre 2020 y 2021.
El número de delitos de odio contra latinos podría ser mayor porque los departamentos de Policía no rastrean de manera uniforme su información racial y étnica, lo que puede afectar los datos.
Ese es un problema real, que se remonta a los años de la expansión inicial estadounidense. Mientras los linchamientos de personas de raza negra están documentados, y contabilizados por la Universidad de Tuskegee, los crímenes contra los hispanos no recibieron la misma atención.
Algunas cifras indican que, entre 1880 y 1925, eran linchados a razón de 27.4 por cada 100 mil habitantes en contraste con el 37.1 aplicado a los negros. La prestigiosa Universidad de Tuskegee consignó que, entre 1882 y 1929, hubo tres mil 437 linchamientos contra afroestadounidenses, y mil 293 contra blancos, pero muchos de ellos incluían a mexicanos y chinos.
El hecho es que nadie sabe exactamente, y para beneficio de los criminales, muchos delitos de odio son o ignorados por las autoridades o nunca denunciados por las víctimas, probablemente por problemas migratorios.
JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
Fuente: El Heraldo de México