Emilio Lozoya Austin, actualmente preso por los casos de Agronitrogenados y Odebrecht, proviene de una dinastía que combinó política y negocios durante décadas, y que con la tercera y cuarta generaciones llegó a la cumbre con los presidentes Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto.
Emilio Lozoya Austin, actualmente preso por los casos de Agronitrogenados y Odebrecht, proviene de una dinastía que combinó política y negocios durante décadas, y que con la tercera y cuarta generaciones llegó a la cumbre con los presidentes Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto. Si bien la historia del clan Lozoya se remonta a la irrupción violenta del pistolero Melitón Lozoya, quien participó en el asesinato de Pancho Villa, en las últimas décadas el apellido del exdirector de Pemex ha estado relacionado con operaciones en detrimento de la empresa productiva del Estado.
El apellido Lozoya ha estado ligado a la vida pública de México a lo largo de un siglo, con poder político y negocios. Con relaciones transexenales por cuatro generaciones, el auge iniciado en los sesenta decayó en 2021, con el descenso de su último y hasta hace seis años poderoso vástago hacia el infierno penitenciario.
La historia del clan Lozoya se remonta a la irrupción violenta del pistolero Melitón Lozoya, asentado en Parral, Chihuahua, y pasa por la influencia y relaciones que se establecieron desde los años treinta en el Colegio Militar, por Jesús Lozoya Solís, a la postre general del Ejército mexicano y padre de Emilio Lozoya Thalmann, secretario de Estado durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
De Lozoya Thalmann (padre) a Lozoya Austin (hijo) hay, al menos, ligas con empresas favorecidas en sus respectivos periodos de encumbramiento en el sector energético, como es el caso de Altos Hornos de México (AHMSA), empresa privatizada que en el sexenio de Salinas de Gortari fue blanco de señalamientos por favoritismo.
Aun sea de manera preventiva, Lozoya Austin, exdirector de Pemex, se encuentra en prisión desde el miércoles 3 en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, luego de que la Fiscalía General de la República diera un viraje en su posición de sostener el criterio de oportunidad y a 14 meses de haberlo traído a México tras su detención en España, la autoridad decidió avanzar contra él, consiguiendo una segunda orden de prisión preventiva, el miércoles 10.
La primera medida se relaciona con presuntos delitos que se le imputan a Lozoya Austin por recepción de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht; la segunda, por presuntamente recibir sobornos por la venta del complejo Agronitrogenados a Pemex bajo su dirección.
De acuerdo con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la adquisición de la planta se realizó con sobreprecio; y tras un litigio que implicó la aprehensión del empresario Alonso Ancira, dueño de AHMSA –la parte vendedora–, éste fue sometido a un acuerdo de reparación del daño.
No es la primera vez que un caso como el anterior está ligado al clan Lozoya. En 1992 una opaca y ventajosa negociación posibilitó que otro conjunto de empresas, entre cuyos accionistas figuraba la familia del también exdirector de Pemex Rogelio Montemayor Seguy, obtuviera lo que sería Agronitrogenados.
La operación se realizó en octubre de 1992, tres meses antes de que Lozoya Thalmann asumiera la Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal, dependencia adelgazada en los años precedentes por el cúmulo de privatizaciones celebradas a lo largo del sexenio de Salinas de Gortari.
Entonces titular de la dependencia –hoy Secretaría de Energía–, Lozoya Thalmann estuvo a cargo del intento de entregar a AHMSA la concesión de la carboeléctrica Carbón II, por entonces recién construida en Nava, Coahuila, e ideal para el conjunto de operaciones carboneras, especialmente por lo que toca a la empresa Minera Carbonífera Río Escondido, que se convirtió en proveedora de dicha terminal.
Arturo Rodríguez García
Fuente: Proceso