Más muertos en México que en Gaza

Mientras en Gaza el número de muertos rebasa los 20 mil, en México el número de muertos en 2023.

Mientras en Gaza el número de muertos rebasa los 20 mil, en México el número de muertos en 2023 está acercándose a los 30 mil. El Presidente López Obrador ha llamado diplomáticamente a un cese al fuego entre Israel y el grupo Hamas en Gaza. Pero cuando se refiere a la inseguridad en su país, niega rotundamente que haya un problema, y culpa a otros de cualquier acto violento. Él no se hace responsable de nada.

El número de muertos por la invasión de tropas israelíes a la Franja de Gaza es terrorífico. A la hora de escribir esto, se reportan 20 mil y contando. La mayoría son niños y mujeres.

Por supuesto que estas cifras incluyen a los terroristas de Hamas. El número de periodistas y reporteros muertos en esa guerra es mayor que cualquier otro conflicto contemporáneo, incluyendo la guerra en Ucrania. Las tropas israelíes involucradas en la invasión a Gaza ronda los 30 mil efectivos. Enfrentan al grupo terrorista Hamas que tendría entre 30 mil y 40 mil combatientes. Israel calcula haber dado muerte a alrededor de 4000 militantes de Hamas.

El Presidente López Obrador ha permanecido curiosamente neutral en este conflicto, limitándose a convocar a las partes a un cese al fuego. Cosa que ninguna de las partes en conflicto parecen aceptar o promover.

Es notable el contraste con su postura ante la invasión rusa a Ucrania, donde el Presidente ha manifestado su abierto apoyo a Rusia, en contra de Ucrania, incluso admirando a Putin, como lo hace Trump.

Seguramente influirá en su actitud el interés porque su candidata a la Presidencia de la República reciba el apoyo, y voto, de la comunidad judía asentada en el país. Bajo otra circunstancias seguramente apoyaría a Hamas y la posición gazarí, tal y como lo hace Putin en la actualidad.

Tanto en el conflicto ucraniano como en el de Gaza, López Obrador tiene simpatías claras por las posiciones rusas, y rechaza las que ha adoptado Washington. Haciendo a un lado sus preferencias ideológicas, AMLO también tiene una situación interna en el país que es contrastante con sus posiciones “internacionales”.

La violencia en México está desbordada. No existe ninguna encuesta que dé fé a la afirmación presidencial de que la gente está “feliz, feliz, feliz”. Todas las encuestas, incluso las compradas, confirman lo contrario: las y los mexicanos tenemos “miedo, tristeza, desasosiego”. La inseguridad es la preocupación central del país, y esto se confirma región por región.

Las encuestas confirman una aprobación mayoritaria a la persona como Presidente, aunque lo reprueban en su papel de gobernante. En seguridad, corrupción, salud y educación el presidente tiene números negativos.

El debate sobre su supuesta estrategia contra la inseguridad ciudadana, que ha denominado “abrazos, no balazos” ha sido un rotundo fracaso. Los datos así lo confirman. Este sexenio es el más violento desde que se registran los datos de homicidios dolosos.

A pesar de la propaganda política de Morena en su contra, la “guerra” de Calderón no fue tan terrible ni tan sangrienta como la “guerra” de López Obrador. Aquí los datos: Muertos dolosos de Salinas: 35 diarios, 1 cada 41 minutos, 76,767 muertos; Zedillo: 37 diarios, 1 cada 38 minutos, 80,671 muertos; Fox: 28 diarios, 1 cada 52 minutos, 60,280 muertos; Calderón: 55 diarios, 1 cada 26 minutos, 120,463 muertos; Peña: 71 diarios, 1 cada 20 minutos, 156,066 muertos; AMLO: 95 diarios, 1 cada 15 minutos,175,101 muertos.

Salinas, Zedillo y Fox enfrentaron la situación de la criminalidad organizada en una etapa inicial en América Latina y el mundo. Pero se dio un cambio en la estructura, financiamiento y capacidad de fuego del crimen organizado, especialmente del narcotráfico, en toda la región. Condiciones nacionales y especialmente internacionales facilitaron el crecimiento e influencia de los cárteles mexicanos en el trasiego de la droga. La apertura de las fronteras al libre comercio y el ocaso de los cárteles colombianos, junto con las nuevas tecnologías que literalmente crearon nuevas drogas sintéticas, requiriendo nuevas rutas comerciales para el abasto de sus precursores, fueron los factores que crearon una realidad criminal distinta.

Una cosa es la propaganda política que emplea AMLO contra Calderón y otra, mucho más relevante, es la realidad en tierra. Es necesario preguntarnos ¿para qué sirven las supuestas reuniones presidenciales diarias de seguridad cuando la realidad, y los datos, confirman un deterioro constante de la situación de seguridad en el país? Zonas enteras del país están en manos del crimen organizado y la característica notable en todos esos casos es la ausencia absoluta del Estado mexicano.

El caso de Texcaltitlán es simbólico de todo el sur del Estado de México, donde la Familia Michoacana gobierna, roba, viola y hace cobro de piso a todo negocio, productor agrícola o actividad minera que encuentra en su camino. No hay Estado de derecho en esa zona del Edomex, como tampoco existe en grandes franjas del resto de la república.

Ocurre una masacre cada 19 horas en México. Una masacre se define por la muerte violenta de tres o más personas. Amplias zonas del país están bajo el dominio de las fuerzas irregulares dirigidas por alguno de los cárteles que operan en territorio nacional.

Entre enero de 2020 y noviembre de 2023 se registraron 2 mil 121 masacres en México. ¿Es necesario reseñar los estados de la república bajo asedio de los cárteles? Dicho de mejor manera, ¿existe algún estado del país que no esté bajo el asedio del crimen? La respuesta absoluta es ¡no! El caso de Texcaltitlán es emblemático y generalizable a todo el territorio nacional.

Lo mismo ocurre con el ejercicio del periodismo libre. Vive bajo una amenaza de acoso doble: por parte del Estado mexicano, empezando por el Presidente de la República, y también por parte del crimen organizado. México es reconocido internacionalmente como uno de los países más peligrosos para el ejercicio de la profesión periodística. En México y en Gaza, la vida de los periodistas corre peligro todos los días.

Mientras el Presidente López Obrador juega a la política diplomática en el caso de la guerra entre Gaza e Israel, en el caso de las muertes nacionales por el crimen organizado, se burla de ellos, los ningunea y los acusa a todos, especialmente a los jóvenes, de ser drogadictos o traficantes. Y pretende desaparecer a los desaparecidos.

La burla sardónica pinta constantemente el rostro presidencial, un hombre sin empatía. Y eso que hay más muertos en México que en Gaza.

RICARDO PASCOE

Fuente: El Heraldo de México