Lidia Arguello Espinoza
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Al designar el gobernador Rubén Rocha Moya como secretario de Salud a Héctor Melesio Cuén Ojeda lo hizo con conocimiento de causa de que cumpliría cabalmente con sus funciones salvaguardar la salud y la vida de los sinaloenses, sobre todo por el azote de la pandemia de coronavirus.
Eso no está sujeto a ninguna discusión. Se le nombró para que protegiera la salud y la vida de los sinaloenses en materia médica y de sanidad o salud pública. Cuén Ojeda se comprometió a dar su mayor esfuerzo para no quedarle mal al gobernador y a la sociedad y juró cumplir con la Constitución Política que establece que “toda persona tiene derecho a la protección de la salud”.
Fiel a los principios Constitucionales y apegado su responsabilidad, el secretario de Salud se opuso a la celebración del Carnaval 2022 y no está de acuerdo en que se celebren eventos masivos, apegándose a los estudios científicos que indican que el contacto directo de persona a persona, el no uso del cubrebocas, etc., provocan que aumenten los contagios de coronavirus y el número de muertos por esta enfermedad.
Cuén Ojeda no oculta información para que la sociedad sepa que la pandemia está aquí, en Sinaloa, causando muerte tras muerte; el personal a su cargo instala dispositivos de prevención y realizan pruebas rápidas para detectar a infectados por el coronavirus y él hace constante llamados de alerta para que la gente se cuide, que no baje la guardia, que tome conciencia del peligro que representa todavía la pandemia.
Por esos llamados a la prevención, por esos llamados a cuidarse, por precisar que en un evento masivo, en el Carnaval de Mazatlán, en plena fiesta la gente puede estar muy feliz, pero después puede venir la enfermedad y la muerte y la desgracia familiar, Cuén Ojeda es satanizado, culpándolo de exagerado o de que lanza “malignas profecías”, cuando el mensaje, por más crudo que parezca, es para que la gente se cuide y evite los tumultos y use el cubrebocas, para que tome en cuenta los protocolos sanitarios.
Hay gente muy molesta porque Cuén Ojeda está cumpliendo con su responsabilidad y porque hace llamados de alerta, porque cuida la salud y la vida de la población; esas personas se han olvidado tal vez de que la pandemia está aquí, presente, y que sigue cobrando vidas y que a diario mueren en Sinaloa 10, 15, 20 o más personas víctimas de Covid. Las autoridades y los políticos que se incomodan ante las declaraciones del secretario de Salud se han insensibilizado ante la desgracia de miles de familias víctimas de la pandemia.
En Sinaloa casi llegamos a los 10 mil muertos por el Covid y la cifra sigue aumentado y aumentando. 10 mil es un número escalofriante, pero parece que el único preocupado porque la gente NO continúe falleciendo es el secretario de Salud; al resto de los funcionarios estatales y municipales y a los políticos camaleones no les importa si son muchos o son pocos los muertos o los caídos por el Covid, y con tal de defender lo indefendible presionan a Cuén Ojeda para que ya no haga llamadas de alerta, que cambie su discurso, y que dé marcha atrás y apruebe los eventos masivos, los Carnavales, y apapache a los alcaldes a quienes les importa un soberano cacahuate carnavalero la salud y la vida de la población. PUBLICADO EN GREMIO.NEWS