Mientras en México discutimos los caprichos y torpezas de Samuel García y MC, en EU están a punto de aprobarse medidas que afectan a México.
Esta semana podría votarse en el Senado de los EU una solicitud de presupuesto del gobierno de Joe Biden por 106 mil millones de dólares para ayuda militar a Ucrania, Israel y Taiwán. El proyecto incluye recursos por 13 mil 600 millones de dólares para “reforzar” la seguridad fronteriza entre EU y México.
Por primera vez se vincularía el presupuesto de ayuda militar con los temas migratorio y de frontera, sin consultar ni cooperar con México. Sentaría un precedente muy peligroso.
Las negociaciones se llevan a cabo entre un grupo de seis senadores. Chris Murphy, senador por Connecticut, lejano a la frontera, pero cercano a Biden, encabeza la posición demócrata y James Lankford, senador por Oklahoma, a los republicanos.
La propuesta republicana contempla más recursos a la seguridad fronteriza. Pero, más grave aún, pretende enmendar la legislación migratoria y de asilo, limitando el derecho de asilo.
Incluiría la reducción radical de la autoridad de la figura jurídica de parole, que permite otorgar visas temporales; el establecimiento de centros de detención de migrantes en instalaciones militares de EU; la detención prolongada de familias solicitantes de asilo; la ampliación de los países considerados como “tercer país seguro”, México entre ellos. Y aún más, los republicanos promueven la reimposición del nefasto programa “Quédate en México” negociado y aceptado por Marcelo Ebrard.
En suma, la criminalización de la migración a la que México siempre se ha opuesto.
Es tan radical que diversas ONG estadounidenses han iniciado una campaña para rechazarla. Los congresistas de origen hispano se han pronunciado en contra. El senador por California de origen mexicano, Alex Padilla, encabezó la firma de una carta para subrayar los “cambios dañinos a nuestro sistema de asilo… que no conllevarán a mejorar la situación en la frontera”.
Dicha carta la suscriben también conocedores de la frontera y amigos de México y de los migrantes como Ben Ray Luján, senador por Nuevo México, Dick Durbin, por Illinois y Elizabeth Warren por Massachusetts. Los senadores demócratas han señalado que cualquier propuesta debe incluir un camino claro para la legalización de los indocumentados con larga presencia en los EU, así como ampliar los cauces para la migración legal.
Al parecer, y para fortuna de México y los migrantes, las conversaciones se suspendieron el viernes y el lunes el senador Murphy explicitó su rechazo porque dijo, llevan esencialmente a “cerrar la frontera”.
Habrá que seguir con suma atención la continuidad del debate y en cuáles términos, porque las decisiones que tome el Congreso de EU afectarán directamente nuestra frontera, nuestra legislación migratoria y nuestra soberanía.
Convendría un claro pronunciamiento del Gobierno de México de que no somos moneda de cambio. Que podríamos modificar nuestra postura de cooperación bilateral en estas áreas.
Martha Bárcena
Embajadora Eminente
Fuente: El Heraldo de México