ÁLVARO ARAGÓN AYALA
En el proceso de integración de su gabinete, el gobernador electo Rubén Rocha Moya ofrece un rasgo importante de su personalidad: sabe honrar la palabra. Entiende así que la palabra empeñada es el recurso más valioso para poder cosechar el atributo más preciado y codiciado en estos tiempos políticos: la confianza.
Antes de emprender la campaña electoral, los acuerdos suscritos entre Morena-PAS o entre Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda, uno candidato al gobierno de estatal y el otro indiscutible líder del Partido Sinaloense, fue sacar al PRI y a sus aliados del PAN del Tercer Piso y cogobernar, compartir posiciones, para aterrizar en Sinaloa los postulados y programas de la Cuarta Transformación.
Rocha, con toda su vida en la izquierda y un liderazgo a toda prueba en Morena y Cuén con la fuerza del Partido Sinaloense, considerado, por su dinámica, una aplanadora política-electoral, sumaron esfuerzos y experiencias, no solo para alcanzar la victoria estatal, sino para empujar los triunfos de Morena-PAS en ayuntamientos y los distritos electorales locales y federales.
Después del triunfo viene la integración del gabinete. Rocha Moya conforma su equipo con representantes de las diferentes corrientes de izquierda, morenistas, que ayudaron a sacar la campaña adelante y anuncia que otorgará al PAS dos secretarías, una de ellas la de Salud que estará a cargo de Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Sabe bien Rocha que pactar, dar la palabra, es empeñar la dignidad y que cuando se ofrece una cosa y se hace otra la credibilidad se pierde. Es obvio: una persona que carece de confianza está prácticamente incapacitada para desplegarse como un buen funcionario público.
Con las dos posiciones otorgadas al PAS y la suma a su gabinete de personajes que lo ayudaron en la campaña, Rocha Moya manda la lectura de que es de las personas que cultiva la confianza hacia afuera y hacia adentro y de que cumplir la palabra es una cuestión moral y ética, una acción que libera de la “contaminación” en la que se cae cuando se hace trampa o se miente.
Cumplir la palabra descomprime psicológicamente, aliviana, descarga, refuerza la autoestima y nos hace sentir personas dignas de todo merecimiento, respeto y valor. Cuanto más valor tenga tu palabra, más respeto se cultivará en lo demás y más fortalecida se verá la autoestima
Igual, Cuén Ojeda le concede valor a la palabra, sabe cumplirla. Es un político que respeta y mantiene la palabra dada. Sabe que nada se compara a los beneficios de ser una persona de palabra. Por el valor dado a la palabra, tanto por el dirigente estatal del PAS como por el gobernador electo Rubén Rocha Moya, se coligue que el trabajo del futuro gabinete estatal se verá fortalecido.
La Cuarta Transformación aterrizará en Sinaloa. Los conservadores y la ultraderecha ya les buscan chichis a las culebras….