En México, cada vez se hace menos política y los problemas se solucionan con procesos judiciales, asedios -con tintes de persecución política- y voluntades de minorías que se anteponen a los intereses comunes.
Parlamentar significa:
“Entablar conversaciones con la parte contraria para intentar ajustar la paz, una rendición, un contrato o para zanjar cualquier diferencia”, según la RAE. Y en nuestro país, cada vez se “parlamenta” menos y se pelea más. Un sexenio está por concluir y en el Poder Legislativo, cada vez vemos más gritos, groserías, desplantes y shows, y cada vez vemos menos diálogo en función de la construcción de acuerdos. Estos comportamientos, salvo contadas excepciones, parecen ser la regla y no la excepción (¡y ojo que ningún partido se salva!).
Y será el sereno, pero en la opinión de este servidor, será cada vez más necesario el que los partidos políticos en México hagan uso del significado literal de “Parlamentar” y no solo en el Parlamento. El país, independientemente de presenciar distintas de visiones de Nación (una muy clara, que avanza en un proyecto que se consolidó en lo nacional y ahora se expande en lo local, y otra -más difusa- que busca unificar un proyecto que solidifique un movimiento opositor que deje de girar en torno al presidente, López Obrador, y ahora a Claudia Sheinbaum) necesita que las partes contrarias comiencen a hacer más política, para resolver los problemas que aquejan al país en materia de seguridad (principalmente), salud, educación, migración, economía y sígale contando.
Ser diputado o senador, sin duda, no es un trabajo fácil; requiere de defender a quienes te votaron por tus ideales y sus preferencias partidistas; requiere de ser la voz de quienes te confiaron representarlos; pero también requiere de muchísima sensatez para poner de lado a los partidos políticos para resolver y acordar en función de un bienestar común. No es un trabajo fácil, pero es una labor pública que requiere más matices y menos ruido.
Se viene la carrera presidencial, pero también se elegirán a miles de servidores públicos y seremos nosotros, los ciudadanos, quienes nos haremos responsables de elegir, con la misma sensatez y visión de altura que exigimos de los políticos.
Porque “la política no es solo de los políticos” y se viene nuestro momento de actuar con responsabilidad ante la elección que tendremos que hacer en el 24. Y la próxima presidenta del país, sea del partido que sea, necesitará representantes que construyan un proyecto que mejore la vida de todos.
Para quienes me llaman “aplaudidor”, por cierto, creo que un principio básico de la política… y -supongo- de la vida, es que se vale estar “de acuerdo” y se vale estar en “desacuerdo”; lo que no se vale es siempre estar “de acuerdo” o siempre estar en “desacuerdo”, sin criterio alguno.
FEDERICO ARANDA
Fuente: El Heraldo de México