Como todo presidente, buscó ensalzar éxitos. Tristemente estos no existen y, ciertamente, no son los que él presenta. Por ejemplo anunció que en México ya no hay desempleo.
A las tierras del Mayab fue López Obrador a… dar su Quinto Informe de gobierno. Digamos que esbozó un país que todos anhelamos pero que solamente existe en su imaginario. Con ‘otros datos’ que ha presumido ya antes, ahora con un dejo de sabor de promesas de campaña. Unas que él expone como coordinador electoral de Morena y de sus candidatos a la Presidencia. Total, que presentó como existente lo que constituyen buenos deseos; la visión de una nación alternativa, mas no un informe de rendición de cuentas.
Como todo presidente, buscó ensalzar éxitos. Tristemente estos no existen y, ciertamente, no son los que él presenta. Por ejemplo anunció que en México ya no hay desempleo. Ahondó en ello citando datos del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”. Mas al ser cotejados con los datos oficiales del Coneval, encontramos mentiras o cuando menos medias verdades. Sostuvo que hay 2.6 millones de jóvenes trabajando en estos momentos, impulsados a partir de dicho programa. Falso. Esa es la cifra de personas que han mostrado interés en el programa desde que este inició (independientemente de que se hayan inscrito o no, comenzado a laborar o no). De hecho, según cifras oficiales del mismo gobierno, en junio de este año había 247 mil jóvenes trabajando, ni siquiera el 10% de su dicho…
Habló de una nación que no es México al decir que durante la pandemia “nadie se quedó sin ser atendido; sin una cama”. Estudios serios lo desmienten; pero más allá de estos, es lamentable que el presidente tenga ese tipo de expresiones y que se las diga a los deudos de quienes murieron por no tener atención ni cupo en los hospitales. Una mentira llena de desdén hacia los muertos.
Rozando los 165,000 homicidios en su sexenio, lo único que comentó sobre el tema de seguridad es que su estrategia está funcionando. Mencionó que los homicidios han caído un 17% en su sexenio, cuando un 7% ocurrió en el sexenio anterior. Lo que es más, a partir de junio del año pasado el número de asesinados no ha disminuido.
Tampoco mencionó a los miles de desaparecidos; ni siquiera la nueva cifra que hace tres días fue rebajada artificialmente. Desprecio por las víctimas; para él y su gabinete solo importan los otros números.
Se ufanó del incremento en el salario mínimo (producto del trabajo de empresarios, de trabajadores y, marginalmente, del gobierno); supongo que olvidó que hoy hay más de 30 millones de mexicanos que ya no tienen seguridad social y deben sacar de su bolsillo si quieren tratarse.
Y las mentiras continuaron. Para López Obrador el desabasto de medicinas ha terminado… Eso quizá en Dinamarca, pues en nuestro país los mexicanos continúan sufriendo para encontrarlas.
Se congratuló de que Dos Bocas empezaba a refinar ese mismo día, primero de septiembre. Evitó decir que en estos momentos solo se puede generar un producto intermedio, muy lejos de los combustibles que se requieren. Mientras no se pueda tener el ciclo completo de todo el proceso en Dos Bocas, esa “refinación” del producto anunciado lo hace imposible de vender.
En esta ocasión no sacó su pañuelito blanco, pero reiteró que se acabó la corrupción. Segalmex, Dos Bocas, el Tren Maya y tantos otros programas, políticas y acciones muestran lo contrario. Las adquisiciones directas sin licitación, todos los asuntos enviados a la opacidad escudados en la “seguridad nacional”, dan cuenta de que la corrupción rampea en la administración federal.
No hubo palabras para las víctimas de la violencia o sus familiares. Tampoco para quienes buscan a sus desaparecidos y menos todavía para los migrantes que fallecieron bajo la tutela del INM.
Fue un informe donde no se informó nada. Vimos a un presidente muy alejado de nuestra triste y agobiante realidad.
VERÓNICA MALO GUZMÁN
Fuente: El Heraldo de México